Pamplona- Es drama y también comedia, hay sonrisas y muchas lágrimas, la serie que protagoniza Natalia Verbeke quiere atrapar con tramas llenas de humor, de melancolías y recuerdos y, sobre todo, de vida y nuevas oportunidades en el amor. Su personaje, Violeta, es tierno y duro, lo da todo por la familia, sus hijos, y no ceja en su lucha por sacarlos adelante. Ella, la actriz, está encantada de cantar y bailar.

¿Qué tiene usted de Violeta?

-Ella es una soñadora, también un poco naïf, creo que tengo de las dos cosas. Es muy curranta y con mucha cabeza dura, yo también.

Los espectadores aún recuerdan a Adriana en 'Doctor Mateo'.

-Es el personaje opuesto a Violeta, nada que ver y eso es lo bueno de este trabajo.

¿Con cuál se siente más identificada?

-Sin duda alguna, Adriana. Ella es mucho más yo.

Canta y baila, ¿un reto?

-Canté y bailé en El otro lado de la cama, en La bella Otero y en varias películas más. Además, los actores que nos hemos formado en la Escuela de Arte Dramático hemos dado clases de canto y de danza. Es muy divertido poder hacerlo, conocer estas disciplinas te hace ser una actriz más completa.

No la hemos visto desde 'Doctor Mateo', ¿no tenía ofertas o las rechazaba?

-He estado trabajando en Francia, en una serie de televisión; cuando terminé allí, las ofertas que me llegaban no eran las que me interesaban y pude permitirme el decir que no, por eso no me habéis visto.

Todo un lujo en estos tiempos.

-Totalmente, me siento una afortunada, aunque no siempre ha sido así, pero me gusta escoger lo que me aporta algo y me interesa.

¿Cómo se trabaja en Francia?

-Diferente, pero muy bien. Lo más difícil eran los momentos de soledad, no conozco a nadie en Francia, he estado mucho tiempo sola. Al final, aunque con diferencias, el actor trabaja igual.

¿Es complejo trabajar en un idioma que no es el suyo?

-Sí, tienes que pronunciar bien para que todo el mundo te entienda. Hablo francés y no fue tan complicado. Es verdad que en televisión muchas veces se cambian en el mismo día las secuencias y hay que aprenderse rápidamente el texto y tampoco tengo un francés tan elevado como para conocer todas la palabra y muchas las tenía que aprender en el momento, lo cual te viene muy bien para ampliar vocabulario.

Ha rechazado ofertas y ha aceptado 'Bienvenidos al Lolita', ¿qué le atrajo de esta serie?

-Cuando a un actor le ofrecen un personaje y le nombran la palabra cabaret, ya te vuelves absolutamente loco, es un mundo increíble.

¿Qué le gusta de ese mundo?

-Es totalmente fascinante, atractivo y, encima, te dan la posibilidad de ser parte de ese cabaret de cantar y de bailar y a mí eso me sedujo del todo. Luego me dieron a Violeta, un personaje maravilloso, y era imposible decir que no.

Atrapada en un cabaret.

-Si además se junta que quería trabajar con Fernando González Molina, con quien deseaba trabajar desde hace tiempo y es otro añadido. Luego están Beatriz Carvajal y Luis Varela, y quién dice que no.

La protagonista es usted, pero da la sensación de que es una serie muy coral.

-Absolutamente coral, eso es bonito, das la oportunidad a todo el mundo de poder desarrollar un personaje estar delante del espectador y demostrar su valía como actor. Tienes la suerte también de no tener toda la responsabilidad sobre ti.

Las noches de los martes la competencia es feroz en televisión.

-Pero esto siempre es así en televisión, siempre se programa para competir con el otro.

No parece muy justo para el trabajo de los actores, ¿no?

-Perdemos todos. Yo no deseo que a los demás les vaya mal, creo que hay sitio para todos.

Se da la circunstancia de que Beatriz Carvajal sale en la misma noche en 'Bienvenidos al Lolita' y en 'Los misterios de Laura'.

-Exacto, se puede decir que compite contra ella misma.

Una situación bastante absurda, ¿no le parece?

-Pienso que sí. Eso es algo que no depende de nosotros, la programación la deciden las cadenas. Ojalá Beatriz no tuviera que elegir, cuál ver y cuál grabar.

¿Se preocupa por las audiencias?

-Me hace ilusión cuando la audiencia va bien, pero no soy una actriz que está toda la semana pendiente de ellas.