VITORIA. Si algo caracteriza a Estibaliz Ortiz es su optimismo y dinamismo. Sigue creyendo firmemente en el proyecto que comenzó a dirigir en septiembre de 2009, con la mirada puesta en nuevos retos.

Seis meses de la cuarta temporada. ¿Qué balance hace?

Empezó a la inversa de las otras temporadas. Comenzamos muy fuerte con una cita electoral, hemos empezado la casa por el tejado. Se me ha pasado muy rápido este año. Elecciones, formación de Gobierno con sus interrogantes, presupuesto y ya estamos en Semana Santa...

¿Relajada?

Aquí relajo no hay nunca. En todos los medios de comunicación se piensa que va a haber una temporada en la que se va a poder respirar. Al final, es un no parar; además, los periodistas, como nos gusta tanto nuestra profesión, si no hay temas los encontramos.

El Vaticano también ha dado sus alegrías, ¿no cree?

Este mes de marzo hemos tenido varios cónclaves. Yo viví con más intensidad la elección de Benedicto XVI. Quizá porque era la primera vez que con cierta edad asistía a lo que era el protocolo, reuniones, símbolos, claves; quizá para mí fue más emocionante.

Tenía un ingrediente más, la muerte de Juan Pablo II. Aquí ha faltado la muerte.

Importante. No había una previsión sobre cuándo se iba a morir, se muere y se desencadena toda una revolución.

En este caso, ha habido una renuncia previa, que no es lo habitual.

Sí, no digo que no. El día que anunció que lo dejaba, supuso una revolución en todas las redacciones. Pero evidentemente no es lo mismo que alguien renuncie a que alguien se muera. No es lo mismo que Chávez hubiera renunciado a que haya muerto.

Creo que es más importante la renuncia que la muerte.

Sí, la única renuncia de Chávez era la muerte. En el caso del Vaticano, lo más emocionante para mí fue el momento de la fumata, es un día para la televisión: ver si sale o no sale, ver la plaza a rebosar. A mí, como soy creyente, me ha hecho mucha ilusión que el nuevo Papa sea un jesuita. Ha sido un momento muy emocionante.

Volvamos a la radio, ¿cómo la ve?

Estamos adquiriendo un punto de madurez importante. Empezamos un grupo joven pero también hay carencias y eso se ha convertido en nuestro fuerte. Le hemos sabido dar la vuelta al calcetín y hemos convertido las carencias en nuestra fortaleza. ¿Por qué digo todo esto? Cuando tú estás muy seguro de que te vales por ti mismo -lo digo en todo los ámbitos-, al final quizá te encuentras con muchas sorpresas.

¿Cómo han sobrevivido?

Como veíamos tantos agujeros, hemos sabido confiar mucho los unos y los otros. En el mundo del periodismo, tú puedes formar parte de un equipo o de un séquito y Onda Vasca es un equipo: tenemos en cuenta lo que dice el de al lado, cualquier sugerencia o petición es tenida en cuenta. Eso se valora porque no hay frentes. No hay un frente de dirección y otro de las personas que están al otro lado. Yo invito a los oyentes a que visiten y vean el espíritu de la emisora.

Esta temporada está ya encarrilada, ¿pensando en la quinta?

Nunca sabes vivir el momento informativo, ahora estoy pensando en cómo voy a organizar el verano. Empezaremos una quinta temporada y creo que es el momento de que Onda vasca tenga cambios. No vamos a inventar la fórmula de la Coca-Cola, ya está inventada y es secreta; pero creo que es bueno y necesario hacer cambios en algunos equipos. En parte, lo voy a hacer por ciertas personas que me lo han pedido. No es porque estén mal, es interesante que probemos otras cosas. No va a ser una cosa brutal porque esto es una familia.

Entre emisoras hay una fuerte competencia, ¿no le parece?

Hay sitio para todos. El mapa que hay ahora mismo en la CAV, aunque nosotros trabajamos para el país, Euskadi. Pienso que el cambio que se va a visualizar más, a partir de septiembre, será en la radio pública. Si se dedica a lo que tiene que ser una radio pública, nos abre el escenario para que los grupos privados de comunicación podamos hacer mejor nuestro trabajo y lleguemos a nuestros objetivos.

Supongo que habla de contenidos.

Sí, Onda Vasca es la única emisora privada de país. Si la radio pública da el servicio que ella misma quiere dar y es algo que he escuchado al nuevo equipo de EITB, nosotros tendremos nuestra parcela. Confío en Odile (Kruzeta), es compañera y es amiga y es un acierto cómo ha ido conformando su equipo.