vitoria. El jueves podrá verse en ETB-2 el quinto de los doce capítulos de Eskerrik asko, Petrov; mientras el equipo del programa que presenta Gorka Otxoa graba ya la décima entrega.
¿Usted sabía quién era Petrov?
No, lo encontré en Wikipedia. Era el oficial que en 1983 estaba al mando del búnker Serpukhov-15, a unos cien kilómetros de Moscú, cuando el satélite OKO captó el lanzamiento de misiles nucleares estadounidenses. Guiado por su experiencia, decidió incumplir las órdenes y no contraatacar. Afortunadamente, porque la alarma era falsa y así hoy podemos contar todo lo que ha sucedido estas tres décadas.
¿Entonces el hallazgo es suyo?
Sí (se ríe). El hallazgo sí, pero el título surgió en una reunión con los guionistas. Empecé a documentarme sobre 1983 y me encontré con esta historia, incluso dudé de que fuera cierta.
Parece que en el último capítulo va a haber una sorpresa...
El domingo pasado le dieron a Petrov el Premio de la Paz de Dresden, coincidiendo con el bombardeo de esta ciudad que tras la II Guerra Mundial quedó dentro de la RDA. Es un galardón importante que otros años han recibido Gorbachov o Barenboim y el programa estuvo allí. Gorka pudo preguntarle por qué tomó aquella decisión y hablar con él de otros temas como la guerra fría, la caída del comunismo, cómo ha cambiado el mundo desde entonces... Todo eso se verá en el último capítulo. Petrov no es nada conocido, pero ahora va a empezar a serlo. No solo por este premio, también porque Kevin Costner ha hecho un documental titulado El hombre que salvó al mundo.
¿Le hizo gracia que una televisión tenga un programa con su nombre?
Sí, estaba contento. Después comentó que había sido una entrevista muy curiosa.
Es la primera vez que ETB hace una serie documental en la que casi todas las imágenes son suyas.
La gente de archivo se ha volcado y hemos encontrado muchas joyas: declaraciones, historias y momentos muy elocuentes.
La dirección presentó 'Gracias, Petrov' como un homenaje a la sociedad vasca...
Así es, es el homenaje de todos los trabajadores de la casa. Yo estoy emocionada del apoyo que hemos tenido de todos los departamentos, se ha implicado todo el mundo. El equipo del programa es pequeño, pero se ha tomado como un proyecto común. Si no, no hubiera sido posible hacer este producto.
¿Qué pensó cuando le encargaron un trabajo tan complicado?
Tuve dos sentimientos contradictorios: uno de agobio total y absoluto y de pensar el lío en el que me metía, pero por otro lado pensé que no me podía negar. Después de todo lo que he hecho en ETB es una continuidad lógica y apetecible. No podía decir que no.
¿Cuándo se puso a trabajar en el programa?
La última semana de agosto empecé a documentarme y a establecer una dinámica de trabajo con hemeroteca y archivo y a pensar en el equipo.
¿Cuándo acabará la grabación?
En marzo. Cada capítulo lleva unas dos semanas. Mientras grabamos uno, posproducimos otro. Hay mucho trabajo antes de grabar y también después. El proceso de posproducción es muy complicado, es como un puzle inmenso. En una hora hay cantidad de piezas y de acontecimientos, con imágenes de archivo diferentes, con entrevistas actuales... Es un trabajo ingente.
¿Tuvo claro que el criterio debía ser cronológico y no temático?
No, fue lo primero que hubo que decidir. Tras varias conversaciones llegamos a una fórmula un poco mixta y estoy contenta de haberlo hecho así. Es mixta porque la distribución de los contenidos por capítulos es cronológica, pero dentro de cada uno ya no lo es, intentamos tener también una visión temática. En temas globales elegimos un momento, no contamos cada hecho que ocurre. A veces hacemos escaleras en el tiempo, hacia el pasado y hacia el futuro, y dedicamos unos minutos a cómo ha cambiado el papel de la mujer o cómo se ha generalizado el uso de internet porque los temas van goteando.
También es mixto el formato porque no es un documental puro: incluye entrevistas, reportajes, 'sketchs',... ¿Ha sido difícil lograr una fórmula compensada?
Teníamos claro que no podía ser de otra manera, que teníamos que hacer un producto interesante y riguroso, pero también entretenido, amable, ameno, gracioso,... El reto era mezclar un poco de todo. Hay que buscar equilibrios: hay continuos cambios de tono, de momentos dramáticos y emotivos se pasa a otros más graciosos, de sacar punta a los temas si lo permiten. Hay sorpresas continuas.
¿Le preocupa haberse dejado algo importante?
Muchísimo. Lo bueno es que la mayor parte de los temas se pueden recuperar en siguientes programas por esas escaleras en el tiempo. Además hay un comodín porque el capítulo 12 será una visión global que permitirá sacar temas que hemos olvidado o realmente no hemos podido meter porque hay que encajarlos en un guion que pretende tener una lógica. Ese capítulo tendrá un denominador común: a todos los entrevistados les hemos preguntado qué es lo que más ha cambiado en la sociedad en estos treinta años. Tenemos respuestas de todos los gustos y colores.
¿Algún capítulo le ha resultado más difícil?
Los primeros, no tanto por la documentación histórica sino por las imágenes, porque en los primeros años se trabajaba con unos formatos que ya no existen. Aquella época todavía no se ha digitalizado, con lo que hay que buscar las cintas, visionarlas, elegir los fragmentos y digitalizarlos. Además el archivo es mucho más escaso al inicio. Hay cosas que querríamos haber incluido pero no las hemos encontrado. Es más difícil, pero por otro lado son los años más apasionantes.
Una cosa es dirigir un documental y otra dirigir a un actor. ¿O es que Gorka Otxoa se dirige solo?
(Ja,ja,ja) El primer día me preocupaba mucho porque nunca había hecho esto. Trabajar con Gorka es una gozada y enseguida cogió el tono del programa. Para mí ha sido una experiencia nueva y me lo ha puesto muy fácil. Todas las expectativas que tenía con él se han superado con creces, de verdad.
¿Usted fue la que pensó en él?
Sí, tenía que ser alguien que fuera un crío cuando nació ETB y que hubiera crecido con ella, que tuviera un poco de distancia y que nos facilitara el cambio de registros.
¿Le ha preocupado que haya equilibrio entre los territorios vascos?
No, pero lo he tenido en cuenta y creo que ha salido con naturalidad. Me ha preocupado más el equilibrio hombre/mujer porque en los años 80 y 90 hay poquísimas mujeres protagonistas. El resultado no da la media que yo hubiera querido.
Zufia recalca que el objetivo del programa "es contar la historia de Euskadi y del mundo". Foto: zigor alkorta