madrid. El chef Alberto Chicote revive esta semana su televisiva Pesadilla en la cocina con la grabación de la segunda temporada del exitoso programa, bote salvavidas para restaurantes al borde de la quiebra y aliado de los inspectores de Sanidad.

El equipo de producción de este espacio de La Sexta ha recibido para esta nueva etapa "más de 300 peticiones" de auxilio de restaurantes, aparte de las que le han llegado al cocinero madrileño, lo que demuestra su enorme repercusión. Tras poner los pelos de punta a una audiencia a la que descubrió lo que se oculta en algunas cocinas, Chicote vuelve a la carga "con tanta o más ilusión que entonces", pese a reconocer que "muchas veces" ha tenido ganas de "salir corriendo" de algunos establecimientos.

"En el que peor lo pasé fue en El Castro de Lugo y me dio mucha rabia que cerrase". Da Vinci, en Moraira, también cerró, es decir, solo dos de los doce restaurantes asesorados en la primera temporada cerraron, aunque para el popular cocinero resulta siempre "muy frustrante".

"Piensas que le podríamos haber dado la oportunidad a otro, ya que hay tantas peticiones de ayuda", aunque aclara que él está fuera del equipo de selección para que el programa "sea lo más fresco posible". La clave está, asegura, en que él y el espectador entran "al mismo tiempo" al ruinoso negocio.

"Todo es real", defiende Chicote, quien sostiene que si bien lo que muestra el programa "no supone una representatividad de toda la hostelería española", esos lugares con cocinas sucias y mal gestionados existen. "Y no son solo los que hemos visto nosotros, sino que hay muchos más, y lo sé porque vía redes sociales recibo docenas de mensajes: ven aquí que hay uno así en mi pueblo, al lado de mi casa, de mi trabajo".

sanidad y cocina Por eso el cocinero también se ha convertido en un aliado de la Inspección de Sanidad. "Un inspector me dio las gracias por lo que estaba haciendo y una inspectora desmentía que Pesadilla en la cocina fuese un montaje al reconocer que había visto muchos restaurantes como esos".

Entre sus frases memorables de la primera temporada está la que dijo al respecto sobre la cocina de El Castro de Lugo, a cuyo frente estaba la cocinera devota de San Pancracio: "Como vengan los inspectores de Sanidad no te lo cierran, te lo queman". Profesionalmente, no opina que su dedicación televisiva le perjudique como cocinero: "No he olvidado nada de lo que sabía hacer antes y la cocina me sigue gustando igual que antes", aunque reconoce que sí le ha costado alguna renuncia. "Sí hay una cosa que hago menos que antes y que para mí es muy importante: tengo menos tiempo para leer. Por lo demás, mi vida sigue siendo exactamente igual que antes", asevera. Chicote defiende que Pesadilla ha logrado que "la gente se interese por lo ocurre en la cocina, porque lo que se hace ahí es lo que nos metemos por la boca", y que "se valore el trabajo que supone mantener un restaurante en buenas condiciones". Mientras graba la segunda temporada del programa, se ultima la publicación de un libro con las mejores recetas que ha aportado a los restaurantes, que saldrá a la venta el 26 de marzo.