BILBAO. La cuarta remesa del Clio irrumpe dispuesta a defender su antigua posición hegemónica. Aunque el modelo de Renault es cualitativa y cuantitativamente superior a sus antepasados, no lo va a tener fácil. El escenario ha cambiado y hoy se enfrenta a un batallón de competentes rivales dispuestos a defender sin cuartel su posición en una franja de mercado cada vez más estrecha. La marca del rombo propone un vehículo algo más grande y capaz, también más sugestivo. Una nueva corriente de diseño, que refrescará a toda la gama, confiere poder de seducción a un producto que convence con mejoras objetivas como la eficiencia energética. El Clio actual, animado por mecánicas diésel (73 y 90 CV) y gasolina (75 y 90), gasta y contamina bastante menos. Abre su lista de precios en 11.950 euros.

Si llegar a ser transgresor, el nuevo estilo estético de la casa francesa pone la dosis de sal que el producto reclamaba. El Clio rompe con la tradición y descarta el envase de tres puertas para decidirse por uno más esbelto de cinco con querencia de coupé (disimula los tiradores traseros en los marcos de las ventanillas). La sofisticación y el porte atlético pueden engañar a la vista, puesto que la sensación de mayor corpulencia no responde a la realidad. La generación recién llegada apenas aventaja en cuatro centímetros a la anterior (mide 4,06 metros de largo), añade tres centímetros a la anchura (1,73) y pierde cuatro y medio de alto (1,44); la separación de los ejes es parecida (2,59 metros).

Esta insignificante variación de cotas procura un limitado progreso a la habitabilidad de la cabina. Las plazas delanteras son impecables debido a la buena configuración de las butacas, aptos para usuarios de cualquier talla. El asiento posterior cumple bien ante dos inquilinos, aunque oficialmente el Clio, como sus competidores, puede embutir en él a tres.

El modelo ofrece un tacto de conducción y un aplomo agradables. En su gama inicial de motores se echa en falta un poco de chispa, que llegará a partir de 2013; comenzará con un gasolina de 120 caballos unido a caja automática. De momento Renault dispone dos variantes del diésel 1.5 dCi, una de 75 y otra con 90 CV, y dos de gasolina, una de tres cilindros y 0,9 litros que entrega 90 CV y otra de cuatro cilindros 1.2 16V con 73 CV. Salvo esta, las demás disponen de Start/Stop, con lo que el Clio recorta consumos y emisiones. Hay una versión del gasóleo de 90 CV que homologa 3,2 litros y 83 g/km; el tricilíndrico de gasolina con idéntica potencia se llega a conformar con 4,3 litros y expele 99 g/km.

El de la remesa actual es más y mejor coche que los anteriores. Cumple las mejores expectativas al plasmar los últimos avances de la industria e inaugura el estilo estético que adoptarán los futuros Renault. El resultado de esta receta es un automóvil que quizá no deslumbre en ningún apartado concreto pero que merece altas calificaciones en todos. Gracias a ello se coloca muy por encima de la media y repite como uno de los referentes a considerar a la hora de adquirir un modelo de esta popular categoría.