Vitoria. La muerte de Lady Di le cambió la vida. Estaba en Gente, pero en sucesos, y pasó a corazón. Hasta entonces no había leído una revista, ahora forman parte de su trabajo cada miércoles.

Pues sí que era fuerte su vocación porque el verano del 97 no descansó ni un día. ¿Cómo es posible que trabajara a la vez en Televisión Española y Telecinco?

¿Pero cómo sabes eso? Es cierto que estuve en los dos sitios. Ese verano me dieron dos becas y no podía decir que no a ninguna. Tuve la suerte de que de lunes a jueves iba a TVE y viernes, sábado y domingo estaba en la edición de fin de semana de los informativos de Telecinco. Me tiré tres meses trabajando los siete días de la semana. Recuerdo que al principio no lo conté en ningún lado, por si me hacían elegir, pero luego se enteraron y no pasó nada.

¿Por dónde se imaginaba que iba a discurrir su trayectoria? ¿Tenía alguna idea preconcebida?

La verdad es que de pequeña tenía una amiga que era como mi hermana mayor, y todo lo que hacía ella lo hacía yo. Un buen día dijo que quería ser periodista y yo hice mía la idea, lo tuve clarísimo muy pronto. La pantalla siempre me llamó la atención, además he hecho teatro y otras actividades de expresión corporal y siempre me ha gustado. Pero no tenía una vocación más concreta por economía, deportes o un área en especial.

¿Cuál fue su primer destino aquel verano en TVE?

Empecé en Gente y estuve diez años. Para mí ha sido una escuela maravillosa. El día que llegué me preguntaron si quería hacer sucesos o corazón, porque en aquella época el programa se dividía en dos partes muy claras. Elegí sucesos porque no había leído una revista del corazón en mi vida.

¿Y qué pasó? ¿Cómo dio el salto?

Diana de Gales falleció un fin de semana que yo estaba trabajando en Telecinco y todo el mundo estaba revolucionado, así que el lunes fui a TVE a primera hora de la mañana porque sabía que iba a ser un día intenso. Según entré por la puerta me empezaron a adjudicar temas de la muerte de la princesa y a partir de ahí me quedé en corazón. Ese fue mi punto de inflexión.

¿Recuerda el día en que le llamaron para sustituir a Anne Igartiburu?

En aquella época ya tenía clarísimo que me gustaba hacer pantalla y había hecho algunos directos en Gente; para mí fue un subidón y sobre todo un cambio de etapa porque dejaba un programa para irme a otro. Y físicamente también porque había estado toda la vida en Torrespaña y entonces tuve que venir a Prado del Rey. Fue dejar atrás a mis compañeros y el lugar de trabajo al que había estado yendo diez años. Fue la ilusión de algo nuevo y encima era lo que quería.

¿También tomó el relevo de Jose Toledo?

Eso fue después. Cuando me trajeron a Corazón fue solo para sustituir a Anne cuando ella no podía presentar. Dos años después, cuando se fue Jose Toledo, me ofrecieron hacer el fin de semana y ya llevo dos años y medio.

¿Se han pasado volando?

Sí. Bueno como todo en la vida.

¿Qué características de estas compañeras le llamaron la atención?

La naturalidad, la espontaneidad y la cercanía de Anne. En cuanto a Jose Toledo, es la elegancia personificada. Lógicamente me he fijado mucho en ellas y he tratado de hacer mías esas cualidades para incorporarlas a mi personalidad.

Usted ha tenido otra ilustre predecesora: Cristina García Ramos. ¿Ha coincidido alguna vez con ella?

No, porque yo antes estaba en Torrespaña y ella en Prado del Rey. Solo hemos coincidido dos veces: una en Londres en la boda de Carlos de Inglaterra y Camilla Parker y después en otro evento cuando ella ya estaba jubilada.

Cristina estuvo 15 años en 'Corazón' y 30 en Televisión Española. ¿Se apunta a alcanzar esa marca?

(Se ríe). Pues cruzo los dedos, yo espero seguir toda mi vida aquí.

El lema de esta periodista y de los creadores del programa era "huir de la vulgaridad, la chabacanería y el mal gusto". ¿Sigue siendo así?

Claro, para nosotros el respeto es una prioridad, es un axioma. No lo concebimos de otra forma.

'Corazón' se ha jactado a lo largo de su historia de no hacerse eco de los rumores. ¿Es su santo y seña?

Jamás incluimos rumores, nunca oirás un texto nuestro que incluya la palabra rumor. Intentamos contrastar las informaciones; si no podemos con el propio interesado, con algún allegado. Es la primera norma del periodismo.

¿La línea que separa información y cotilleo es muy fina?

¿Qué es cotilleo? Yo lo relaciono con malmeter. Nosotros huimos de eso: no malmetemos, no criticamos, no tergiversamos. Para mí, lo que hacemos es información: crónica social en sentido amplio.

Muchos famosos que se niegan a hablar con otras cadenas, sí salen en 'Corazón'.

Así es, y eso quedó muy bien reflejado en el especial quince aniversario del 7 de julio, porque Isabel Preysler, Alejandro Sanz, Elsa Pataky y muchos otros nos dijeron que es el único programa que ven y el único para el que hablan. Todo el mundo nos atiende. Eso hay que trabajárselo muchos años.

Antes los famosos salían en la tele. Ahora algunos personajes se han hecho famosos precisamente porque salen en la tele. ¿Se puede parar esto?

Yo respeto el trabajo de los demás compañeros y cadenas, pero en nuestros programas hablamos de gente que tiene una reputación y un trabajo. No sacamos personajes que nosotros mismos hemos creado, no tenemos esa retroalimentación de otras televisiones de crear un personaje para luego vivir de él, aunque me parece respetabilísimo.

¿Usted se escribe sus entradillas?

Sí, me parece inherente a la condición de periodista; que lo que digo sean mis palabras, mi perspectiva.

¿También sugiere temas?

Sí, yo y todo el equipo. Todos tenemos la misma libertad para hacerlo y luego le tiene que gustar a la dirección.

De todos los personajes que aparecen en 'Corazón', ¿tiene algún favorito?

Siento especial cariño por la duquesa de Alba. Se merece el premio a la alegría de vivir. Es una mujer que ha hecho lo que ha querido, siempre con respeto, y la admiro muchísimo.

Desde que presenta 'Corazón' no sale del plató, pero antes hizo muchas entrevistas. ¿Recuerda a algún famoso en especial?

Pues a Bruce Willis. Yo llevaba poco tiempo en la casa, era muy jovencita, y me mandaron a Los Ángeles a hablar con él. Fue una experiencia estupenda. Era cuando él estaba saliendo con una española, María Bravo, y allí que fui yo a preguntarle. Al principio me decía que no quería hablar de eso, pero yo insistí y me pegó una patada. Debí de poner tal cara de pena o de susto que mandó cortar la grabación y me preguntó si lo que quería era hablar de su novia. Al encender la cámara de nuevo lo hizo: habló de su novia española.

¿Seguirá 'Corazón' el próximo curso?

Confiamos en ello.