vitoria. Carmen Alcayde (Valencia, 1973) veranea en Telecinco, El programa del verano -sustituto del de Ana Rosa Quintana-, va a ser su punto de encuentro con los espectadores. No es la primera vez que le toca este papel y está encantada. Pasar el verano en Madrid no le asusta y tiene todos los planes del mundo para divertirse. El piso que ha alquilado tiene piscina y puede rebajar en el agua los rigores del verano madrileño, hace planes con sus amigos y los viernes coge el AVE para pasar el fin de semana en Valencia con su marido y sus dos niños.
¿Impone el estar todas las mañanas en Telecinco?
Impone bastante, aunque yo soy un poco descerebrada y me lanzo a todo lo que me echan. Impone porque estás en primera fila y eres responsable de entretener a la gente; eso es lo que me parece una responsabilidad muy grande. La gente, cada vez menos, no tiene tantas posibilidades de ir a un cine o a un teatro con esto de la crisis y tiene las esperanzas puestas en nosotros, los de la tele.
Los actores dicen que cada vez cobran menos, ¿se nota la crisis también en los sueldos de los presentadores?
Ha habido ajustes y se nota en los sueldos, ya no cobramos lo de hace un año y mucho menos lo de hace tres.
¿Se está acostumbrando a no pasar el verano en la playa?
Voy de viernes a domingo a Valencia, estoy allí cuarenta y ocho horas con mi marido y los niños y hago de todo; playa, montaña, piscina. Voy depilada por si acaso para todo. Ahora, me he cogido un piso con piscina en Madrid y me lo monto bien; quedo con amigos a comer, me relajo. El invierno es más estresante. No he renunciado a vivir en Valencia y por las mañanas cojo el AVE porque soy colaboradora de Ana Rosa y por las tardes, en Valencia, soy mamá. Eso sí que es trabajar duro.
Me imagino que será cliente preferencial del AVE.
Hay mucha gente que lo coge a diario, hay muchos que viven en Valencia y trabajan en Madrid. Vivir en Valencia es una maravilla que yo no dejaría por nada del mundo.
Dieciséis años en televisión, ¿cree que ha cambiado mucho el medio?
No tanto, yo no noto esos cambios. En cuanto a los gustos de la gente, pienso que son más o menos los mismos. Si es cierto que hay más peleas por las audiencias. Cuanto menos dinero hay para repartir, hay más exigencia por parte de las cadenas. Noto un aumento del ritmo, lo que son los contenidos, son más o menos iguales. Ha subido mucho el interés por el reality.
¿Es un formato que le gusta?
A mí me encanta, sobre todo cuando es un reality de verdad.
¿Un reality de verdad?
Sí, cuando es verdad lo que ves, que la gente te entrega parte de su vida. Estás viendo la realidad de una parte de la gente.
Es un formato muy criticado.
También es un formato muy visto. Es curioso, se critica lo que tiene mucha audiencia, ¿por qué será?
¿Será porque se rozan ciertos límites y hay mucho morbo?
No, creo que los límites se respetan muy bien. Yo creo que un programa bien hecho y que te cuente cosas puede entretener mucho.
¿Entraría en un 'Gran hermano'?
No lo sé. Ahora mismo te diría que no. Hay muchas circunstancias que te llevan de un sitio a otro. Es un formato que me gusta mucho, agradezco a los concursantes que nos dejen ver una parte de sus sentimientos, de su forma de ver la vida, pero creo que yo no serviría para estar dentro de una casa, soy muy inquieta para estar encerrada.
Hay quien sospecha que hay mucho guión detrás.
Gran hermano es muy de verdad, eso lo pueden decir todos los concursantes. Es un programa que lleva mucho tiempo y sigue teniendo éxito.
A usted siempre le recordarán por 'Aquí hay tomate'.
Eso es bueno, significa que el trabajo llegó a la gente, que los espectadores no olvidan lo que supuso ese programa. Fue muy interesante de hacer y yo estuve encantada. Si el Tomate no hubiera triunfado, yo no estaría aquí. Ese programa es el que me ha dado la fama y me ha permitido seguir. Lo llevaré siempre conmigo y con mucho orgullo.
Fue un programa que acabó ya hace algún tiempo, ¿no es mejor vivir el presente?
Y vivo el presente. Además, hay muchos jóvenes que no me recuerdan por Aquí hay tomate, me recuerdan por otros programas como Gran hermano. Las señoras más mayores, sí que me recuerdan por el Tomate. Yo estoy encantada de que me recuerden por ese programa y por otros, que no me olviden, que me tengan siempre en la memoria. No creo que esté tan encasillada como me ve tanta gente.
Le gusta mucho la televisión, ¿era su objetivo cuando estudió periodismo?
Es cierto, la televisión tiene un punto de imán para mí. Cuando estudias una carrera lo que quieres es trabajar, a mí me surgió lo de televisión y estoy encantada, pero me gusta escribir y también la radio. Es que me gusta todo, pero lo que más he hecho es televisión.
Ha hecho sus pinitos como actriz, ¿Le gusta la interpretación? ¿Supone una salida para usted?
Me gusta, pero me gusta más ser yo misma. La realidad siempre supera a la ficción y me veo yo más divertida que todos los personajes que pueda hacer. Soy mucho más natural y fresca cuando presento que cuando interpreto. De vez en cuando, interpretar está bien. ¿Una salida? No lo sé, mientras me ofrezcan presentar o colaborar en un programa, no creo que mi salida sea la de presentadora.
Vive a caballo entre Madrid y Valencia. ¿Es difícil combinar el papel de madre con el de trabajadora?
Sí, fácil no es. Pero mi caso no es el único. Hay muchas mujeres que se van de casa a las siete de la mañana y que no los ven despiertos ni cuando llegan por la noche y los niños son cuidados por los abuelos. Eso sí que es difícil de llevar. Aún así, es difícil también para mí. Pero lo tengo más fácil, yo estoy medio día fuera de casa y los puedo ir a recoger a la guardería. En todos los casos resulta complicado porque tienes que estar pendiente del trabajo y luego estar con ellos sin trasladarles ningún tipo de estrés. Todos los niños tienen que sentir que tienen a su lado a una madre libre de problemas y que solo va a estar con ellos.