vitoria. Xabier Euzkitze (Azpeitia, 1966) siente pasión por todo lo que hace. La televisión ocupa todas sus horas. El 6 de octubre, Anitzele volverá a ETB 1. Es la segunda temporada y el presentador está feliz. El espacio le llena y seguir en él es un lujo tal y como está la televisión. Las retransmisiones de pelota son el contrapunto al programa de entrevistas. Los viernes por la noche y los domingos por la tarde tiene una cita con el deporte que más le gusta. Es conocido en el mundo de los bertsolaris. Hasta los 32 años recorrió las plazas, se retiró y ahora canta dos veces al año. Su vida está en ETB 1: "Trabajar en euskera es un lujo", dice.
Segunda temporada de 'Anitzele'.
Sí, empezamos el 6 de octubre, después de un verano de cierta incertidumbre. Hace algunas semanas nos confirmaron que Anitzele seguiría y ha supuesto una gran alegría para nosotros por seguir trabajando y por seguir con un programa que llena y con el que me siento identificado.
¿Va a haber variaciones ?
Mantenemos el formato porque en el último trimestre del año pasado le dimos una vuelta a la última media hora. En esta segunda edición, Joana Lasheras hará el test relámpago al invitado y Mikel Elizegi seguirá con sus gamberradas. Hay una tercera parte que no está perfilada del todo.
Estamos a menos de dos meses de la campaña electoral y de las elecciones generales, ¿va a influir en su programa esta circunstancia?
La campaña electoral influirá en Anitzele en el sentido que los dos debates electorales que de ETB 1 serán a cargo de este programa. También ocurrió en las municipales.
¿El perfil del invitado va a seguir siendo el mismo?
Hasta ahora los personajes han sido del mundo de la cultura, del espectáculo o del deporte. Vamos a ampliar este perfil y abrirlos a personajes de la política. Por ejemplo, queremos tener a José Antonio Ardanza, entre otros nombres, pero manteniendo los que hemos tenido.
¿Le gusta el campo político?
Me gusta. Siempre me ha interesado y a nuestro potencial espectador es un tema que le interesa. Cuando viene un invitado, siempre intentamos hablar de su faceta menos conocida. Si trajéramos a Ardanza, intentaríamos conocer lo relacionado con su vida cotidiana. Hablaríamos de política, de sus puntos de vista, pero sin ser el eje central. Intentamos que la entrevista no se ciña al perfil por el que se ha hecho conocido.
Vivimos en un país donde la política es complicada y hay que hacer juegos para mantener el equilibro.
Está claro que hay que tener mucho tacto e ir con pies de plomo. Sobre todo, queremos hacer entrevistas de perfil social y artístico. La gente del mundo la política también interesa y queremos hacer un esfuerzo abriendo el abanico de personajes.
¿Es difícil vivir con las audiencias?
Sí. El día de la semana que mejor funcionábamos con Kalaka era el miércoles. ETB tiene un año de contrato con la Champions y los partidos condicionan los miércoles. Esto hace imposible que un programa semanal como Anitzele pueda ir ese día.
¿Los jueves es un mal día?
Es muy complicado por el tipo de programas que suele haber ese día. Luchamos con Vaya semanita, el perfil del seguidor de este programa coincide mucho con el de Anitzele. No es fácil, pero la temporada pasada conseguimos tener unos niveles dignos de audiencia. Siempre estuvimos por encima de la media de la cadena y ahora estamos muy contentos con la nueva oportunidad. Son cosas que se dicen siempre, pero estoy encantado de trabajar con este equipo, es un lujo de equipo.
Hemos hablado mucho de este programa, pero nos olvidamos de que también le da a la pelota.
Sí. Llevo mucho años con la pelota. Es un deporte que me apasiona, el que más conozco, el que más me llena, el que más satisfacciones me da y me parece un lujo trabajar en la pelota y hacerlo con la gente que tenemos. Para mí, los partidos de los viernes noches y de los domingos tarde son una rutina muy agradable.
¿Pelotari frustrado?
Bueno, no. Me hubiera encantado ser pelotari, pero me di cuenta que no había materia con trece o catorce años. Me ha dado tiempo para recuperarme de ese deseo no cumplido.
Hablemos de los bertsos.
Ahí te puedo decir que no soy bertsolari frustrado. He podido estar en la elite del bertsolarismo muchos años y lo dejé porque ya no me llenaba tanto. He podido disfrutar de esa grandísima pasión que llevo dentro. Ha sido un lujo haber compartido escenarios con personajes que para mí eran auténticos ídolos como Lasarte, Lazkao txiki, Lazkano, Lizaso… Para mí, ha sido importante haberlos conocido, tanto profesionalmente como sus perfiles más humanos.
¿Por qué lo dejó?
No me he arrepentido ni un solo día de haberlo dejado. He disfrutado yendo de plaza en plaza y cantando para ese público con el que muchas veces me he sentido identificado, aunque a veces he sufrido bastante con el ambiente que se vivía, con ciertas cosas que veía y con una cierta politización del bertsolarismo. Estas cosas hicieron que en algunos momentos no me sintiera cómodo y decidí dejarlo.
¿Lo echa de menos?
No. Para mí ha sido una gran pasión y he disfrutado mucho. Es una época que está terminada. Hago un par de sesiones anuales y sigo disfrutando con ello. A lo mejor me engaño, pero tengo la impresión de que no he perdido tanto; sigo cantando y creando con facilidad. Mantengo las características que tenía como bertsolari.
¿Volvería?
Disfruto cuando canto, pero en mis planes no está mi vuelta, no veo volver a ser bertsolari en activo.
¿Cómo ve la televisión en general y ETB en particular?
No son buenos tiempos para la televisión y para una pequeña como la nuestra mucho menos. Las bajadas de audiencia repercuten y hacen que la sensación de inestabilidad en la que siempre hemos vivido, sea más importante. La presión es mayor, los presupuestos han bajado…
Un panorama pesimista.
No, pesimista no soy, soy realista. Añoro los tiempos en los que hacías un programa y no había datos de audiencia. El único dato que tenías era lo que te comunicaba la gente por la calle cuando te paraba.
Condiciona tanto que suele ser consecuencia de ella que un programa siga o no.
No solo es que continúes o no; es en qué condiciones vas a trabajar y qué tipo de cosas tienes que hacer. A veces no concuerda lo que tú quieres hacer y lo que la audiencia dice que quiere ver. No son tiempos fáciles para trabajar en televisión, pero es lo único que yo sé hacer y mientras podamos seguiremos haciéndolo.
¿Le apasiona la televisión?
Ahora sí. Pero me costó. Yo trabajaba desde los 17 años en Euskadi Irratia y después de hacer la mili, fui uno de los últimos imbéciles en hacerla, volví a la radio y me llamaron de la tele. Al principio, no me gustó nada. En la radio con muy poquito podías hacer un programa. La tele es un monstruo tan grande, me parecía muy artificial, me hacía sentir un inepto. El primer año trabajé en un programa grabado y desde entonces siempre intento trabajar en directo. He ido conociendo el medio y me gusta; poder trabajar en euskera en ETB 1 es un lujazo y hacerlo en un programa que me llena y retransmitiendo partidos de un deporte que tanto me gusta, es un placer.