madrid. Con más de sesenta castañas y una vida bajo el foco mediático, Joaquín Sabina aún guarda misterios acerca de su longeva biografía, interrogantes que Juan José Millás tratará de sacar a la luz en su nuevo programa televisivo, Conversaciones secretas. "El título tiene mucho sentido, porque si bien habrá cámaras por todas partes, el invitado no sabrá dónde están colocadas. Es un programa que pretende tener algo de voyeurismo, que quiere mirar al invitado a través del ojo de la cerradura", explica Millás a Efe.
Recoge el guante Sabina, presente en la conversación, y señala que la visibilidad de las cámaras no resulta determinante: "Juanjo consigue que te olvides de ellas con su tono de voz, bajo y envolvente. Además, este entrevistado se fía del entrevistador, porque sabe que no le va a dar una puñalada trapera".
Con su nueva aventura catódica, el escritor pretende revivir esos instantes que marcaron la trayectoria de sus invitados: "Vamos a rodar en lugares que hayan sido muy importantes en sus vidas, hablaremos de los recuerdos que esos sitios le sugieren y, con todos esos fragmentos, intentaremos reconstruir sus biografías".
Conversaciones secretas empezará a emitirse en marzo de 2011 a través de Canal+, una plataforma idónea para el conductor del programa: "No están pendientes de las audiencias y eso me da mucha tranquilidad, porque lo único que me piden es que sea raro". En base al concepto de "rareza", Millás reflexiona sobre la existencia de una televisión de calidad en España: "Las cosas que deberían ser normales están consideradas como raras, y las cosas anormales son las que están mejor establecidas. Vivimos un momento en que la relación entre normal y raro se está invirtiendo".
Aunque critica la programación actual, Sabina se declara "enganchado a la telebasura". "El asco que se siente alimenta lo peor de uno, pero alimenta. Paso mucho más tiempo leyendo que viendo telebasura, pero me conozco a todos sus personajes con nombres y apellidos", añade.