LA moda de las miniseries basadas en hechos reales se está convirtiendo en un filón para las grandes cadenas de televisión. Varias han generado mucha polémica, bien por no respetar el dolor de los familiares, o porque el proceso judicial todavía sigue abierto o porque no se ajusta, según los allegados, a la verdad.

El telefilme que más ampollas está levantando en los últimos días es el que prepara Telecinco sobre el accidente de Spanair en Barajas que costó la vida a 154 personas hace hoy dos años. Las causas del accidente continúan sin aclararse y las declaraciones cruzadas de las partes implicadas continúan produciéndose. Los familiares ya han logrado una primera victoria sobre la cadena. La Asociación de Afectados por el Vuelo JK5022 ha logrado frenar temporalmente la emisión de Vuelo 8714, al alegar que puede interferir en la investigación, aún abierta, además de herir sensibilidades. Ayer mismo, se conocía que el grupo de intervención psicológica de Emergencias de Castilla y León y 111 (Gripde) iba a mandar al Defensor del Pueblo un informe en el que denuncia los efectos negativos que su emisión tendría en las víctimas.

El rechazo entre los afectados ha sido unánime y desde las instituciones también les han mostrado su apoyo. Además, se han organizado diversos actos para evidenciar su repulsa a la intención de emitir en otoño la miniserie. Hoy por la tarde, se celebra en la catedral de Las Palmas de Gran Canaria una misa en memoria de los fallecidos y se llevará a cabo una concentración para ofrecer el malestar de las víctimas.

Los políticos también han dado su respaldo a los familiares. El presidente canario, Paulino Rivero criticó que "se juegue con la sensibilidad de los familiares" de las víctimas para que algunos saquen negocio. El presidente de Coalición Canaria se mostró en la misma línea y reivindicó que "no todo vale por conseguir audiencia".

Las redes sociales tampoco han sido ajenas a esta situación y han creado una plataforma contra Telecinco. Mientras la cadena se defendía argumentando que es un "proyecto serio" y que no había entrado en sus planes emitirla el día del segundo aniversario.

Pero no es la única serie de estas características. Sin cumplirse un año de la liberación de los marineros secuestrados en el buque Alakrana en aguas de Somalía, Telecinco ya prepara una miniserie sobre los 47 días de cautiverio.

El atentado más sangriento del Estado, el del 11-M, también tendrá su serie. Y, ¿cómo no?, la televisión que ha dado el paso ha sido Telecinco. Tres días de marzo tratará los hechos que sucedieron desde que estallaron las bombas en Madrid hasta el domingo 14 cuando se celebraron las elecciones generales, desde la perspectiva política. Otra versión sobre este atentado 11-M, Aquella primavera, narrará lo sucedido en los trenes y cómo se gestó la masacre. De momento, no está decidido el canal.

Antecedentes La idea de Telecinco de producir una ficción sin que queden resueltos todos los cabos de un asesinato no es la primera vez que ocurre en la televisión estatal. Uno de los hechos que más repercusión mediática crearon en 2007 fue el asesinato del alcalde de la localidad oscense de Fago, Miguel Grima a manos de su rival en política, Santiago Mainar, con quien ya había tenido algunos encontronazos.

Cuando se emitió la serie en TVE-1, el juez no había dictado sentencia en este caso y, por ello, la familia solicitó al juez que se encargaba del caso que impidiera la emisión de Fago. Alegaba que podía haber una "injerencia". "Lo normal es que se espere a la sentencia firme y se hace una película o una serie", señaló en aquellos días el abogado de la familia, Enrique Trebolle.

Otro de los asesinatos que más conmocionó creó fue el de Rocío Wanninkhof. En El caso Wanninkhof, también de TVE-1 la madre de Rocío, Alicia Hornos, aseguró que se había sentido "humillada" tras la emisión del primer capítulo y que la gente "le insultaba" por la calle. Dolores Vázquez, que fue la primera acusada por el crimen y pasó 17 meses en prisión antes de ser demostrada su inocencia, publicó un comunicado señalando su disconformidad.