Vitoria. David Mejuto, portavoz de Canal Gasteiz, Canal Bizkaia, Gipuzkoa Telebista y Txingudi Telebista, explica a DNA que las cadenas locales están realizando la transición digital con sus propios recursos, lo que les supone 1,1 millones de euros anuales, y exigen el mismo trato dado a las generalistas. Anuncian que a partir de ahora entablarán conversaciones con todas las instituciones públicas y partidos políticos para explicarles su problemática.

¿Van a llegar a tiempo para la segunda fase del apagón, fijada para el 10 de enero?

En esa fecha se producirá el apagón en 88 municipios de Bizkaia y 21 de Gipuzkoa que engloban un porcentaje importante de su población. Gran parte de esos ciudadanos dejarán de recibir la señal de las televisiones locales, como ha sucedido ya en el territorio alavés. No sabemos si son realmente conscientes de que pueden perder este servicio. Nosotros vamos a hacer todo lo posible para iluminar en televisión digital terrestre el mayor ámbito de cobertura dentro de nuestras posibilidades, algo que para el resto de las televisiones es el 100% desde el minuto cero, pero en el caso de Bizkaia puedo decir que un 90% de las 88 localidades a las que llegará el apagón el 10 de enero -que suponen una población de 281.000 habitantes-, no podrán recibir nuestra señal ese día.

¿Este esfuerzo puede poner en riesgo la supervivencia de algunas empresas?

Desde luego lo que pone en riesgo, y es un riesgo inmediato, es que algún espectador de alguna zona geográfica reciba esa señal, como ya ha sucedido en Álava.

¿Están sorprendidos por la actitud de las instituciones?

Pensábamos que la transición iba a resultar más cómoda para las televisiones que tenemos más dificultades porque en otras comunidades, una vez anunciado el encendido, para que el público haga una transición pacífica hacia la TDT se ha sido cauteloso a la hora de realizar los apagados. No sólo no está siendo cómoda, sino que se está acelerando y además se está beneficiando con aportaciones públicas a algunas empresas privadas en detrimento de otras.

En el tiempo que falta, ¿tienen margen de maniobra?

Si hay voluntad podríamos hablar de una transición mucho más cómoda. Como empresas privadas que somos, nuestra obligación es hacer todos los esfuerzos necesarios para hacer esa transición de la manera más rápida posible. En aquellas demarcaciones donde tenemos la capacidad de ponernos de acuerdo y la capacidad financiera de afrontar la inversión ya se está haciendo. De hecho, en la demarcación de Bilbao y en la de Vitoria se está emitiendo, aunque no sin grandes esfuerzos y siempre exclusivamente privados. Sin subvención de ningún tipo. Estamos a tiempo de buscar un mensaje positivo y abiertos a entablar unas negociaciones que debían haber empezado hace mucho tiempo.

¿La orografía del País Vasco añade complicaciones?

Esta complicación la solucionamos hace años desde el punto de vista de la tecnología analógica. Estamos acostumbrados a atajar todas las dificultades con soluciones técnicamente viables. El problema es que ahora los ritmos que se nos imponen no son fáciles de asumir ni económica ni técnicamente.