vitoria. Carlos Sobera se relaja en Londres mientras su programa en ETB-2, Date el bote, afronta su recta final. El presentador de Barakaldo asume la finalización de uno de los espacios más emblemáticos de la cadena con flema británica y con la maleta llena de proyectos. Dos series, una para Telecinco y otra para TVE, teatro, televisión... Un poco de todo. Confía plenamente en el año que viene y explica su teoría de por qué: a él le van muy bien los años pares y peor los impares. Es positivo en todos los aspectos. Tras dejar su puesto de profesor universitario se ha convertido en un buscavidas.

¿Trabajo en Londres?

No, pero ya sabes, cuando te echan de tu casa hay que ir a buscar trabajo donde sea, esta vida es así. Londres me pilla un poco lejos y, además, los ingleses no entienden muy bien mi acento.

¿Y sus chistes y bromas?

Tampoco, pero cada vez que levanto la ceja sí, se ríen, ése es un gesto universal.

Siete años en "Date el bote"...

En años siete, en temporadas ocho y media.

Decía que este programa era como su tesoro.

¡Y es mi tesoro! Lo que ocurre es que da mucha pena. Son siete años con un grupo que prácticamente no ha cambiado. Siete años de viajar todos los lunes a Donostia a grabar. Ha habido complicidad absoluta con el público. Han sido siete años de pasarlo muy bien porque el programa ha sido una explosión de alegría y de colorido. Pero ya sabes que si trabajas en televisión no hay tiempo para llorar.

Sí hay tiempo al menos para hacer maletas, ¿no?

Aquí hay que asumir que somos como los mercenarios, vamos de frente en frente, a partirnos la cara siempre con el peor de los enemigos. De vez en cuando te pegan un tiro y te llevan al hospital o te matan y tardas en regresar.

¿Enfada que le retiren el programa tan pronto, en el primer trimestre de temporada?

En televisión no te puedes enfadar por estas cosas. Me hubiera gustado acabar en junio. Además, un programa como éste, buque insignia de la cadena, se merecía una despedida más glamourosa. Acabar antes que la temporada indica un fracaso que uno no quiere en su mochila. Sabes que la televisión es impaciente y los directivos prefieren cortar en diciembre que en junio porque así pueden probar otros programas.

La franja se había vuelto complicada. ¿Más que antes?

Esta franja ha sido complicada siempre. Cuando comencé a presentar el programa, Los Simpson eran un auténtico fenómeno, y siguen siéndolo; estaba Corazón, corazón en la española, se salía, y Arguiñano con su programa de cocina en Telecinco, él ha sido nuestro gran enemigo. Estuvimos ocupando una franja de dos a tres como líderes y luego fuimos segunda opción. Es una franja muy apetecible para todas las cadenas.

¿Qué ha influido en el desgaste de audiencia que han tenido desde que ha empezado esta temporada, los datos han bajado mucho?

Lo que te decía, la franja es muy apetecible. Telecinco y Antena 3 la han ido llenando de cosas, están La Sexta y Cuatro, las TDT... Hay una fragmentación de audiencias. El programa ha sido un titán de la sobremesa y creo que ha sido el más visto y más rentable de Euskal Telebista en los últimos ocho años. Incluso por encima de Vaya semanita. Nosotros somos diarios y ellos sólo entran en el prime time semanal. El day time en una cadena es fundamental para mantener la audiencia.

¿Con qué sabor se va? Dulce, agridulce, amargo...

Me voy con un sabor extraordinario de éxito completo. Es muy difícil hoy estar en televisión como hemos estado nosotros: casi 1.800 programas, conseguir que el público nos vea. Eso es un milagro. Es un éxito que muy pocos podemos lograr y este equipo se lo ha labrado a pulso. Mi balance es labor acabada, el trabajo bien hecho, éxitos sin precedentes, buque insignia de toda la programación de la cadena. A Euskal Telebista le va a costar Dios y ayuda conseguir otro programa que le dé este rendimiento y que le tenga en primera página de las audiencias durante casi una década.

Al acabar esta etapa, ¿qué proyectos sacamos de su maleta?

Afortunadamente proyectos hay, a pesar de la crisis que afecta al sector, como productor por un lado y como presentador por otro. Lo que me toca ahora es acertar.

En televisión parece difícil acertar.

Los tiempos son duros. Lo difícil para nosotros es acertar. El problema está en elegir lo adecuado para poder estar varios años y no tener la sensación de ser nómada en esto de la tele, aunque a veces esa sensación es inevitable.

No se puede quejar...

No me puedo quejar, tampoco debo. He terminado una etapa y seguiré con otros proyectos. Afortunadamente tengo esos proyectos. Estoy muy contento.

Como hemos hablado de pasado y presente, hablemos de futuro. ¿Qué proyecto es ahora inminente? ¿Le toca esperar o va a pasar a la acción?

Me tocan las dos cosas, esperar para unos proyectos y pasar a la acción en otros. El proyecto más inminente es la preparación de una serie para Televisión Española, Isabel, reina, y estamos grabando también otra serie para Telecinco, La pecera de Eva. En Isabel, reina es posible que me veáis como actor.

¿Y como presentador?

Hay posibilidades de hacer algún concurso a nivel nacional. Volver al teatro en 2010 ó 2011, incluso barajo la posibilidad de regresar a ETB en el prime time con un programa de corte diferente, recordando un poco a lo que hicimos en La gran evasión.

Tiene la maleta a reventar.

El próximo año es un año par y, a mí los años pares siempre me dan mucha suerte. De hecho, me cortan los programas en los impares.

¿Supersticioso?

No, pero empecé en Date el bote en el 2002, un año par, y me lo van a cortar en un año impar, 2009. Así que cuando llegue el 2010 otra vez a arrasar. Esto es así. ¿Me dejas que les diga una cosa a los directivos de ETB, un mensajito?

Adelante.

Que no desaprovechen a ninguno de los miembros del equipo que tienen a su disposición y que han estado todo este tiempo en Date el bote. Son grandes y pueden hacer grande a ETB como televisión. Cuando los programas acaban, la mayor tragedia y el mayor problema es que los equipos se deshacen. Que aprovechen, que no lo deshagan y que le den otro programa, se lo merecen, que tengan en cuenta lo importantes que son las personas. Es un gran equipo.