madrid. La actriz Cristina Marcos llega como nueva profesora a la serie de misterio El internado de Antena 3, una producción que le parece "impresionante", aunque añade que no le gusta ver películas de terror porque es "muy miedosa". La protagonista de la película Todos los hombres sois iguales, por la que obtuvo un Goya a la Mejor Actriz, conocía poco del proceloso mundo de El internado: "Me he visto todas las temporadas para aclimatarme a la serie, e incluso ahora he empezado a ver alguna película de terror". Y eso que no puede concretar si su personaje pertenece al lado de los buenos o de los malos dentro del famoso centro Laguna Negra, cuyos misterios atraparon en la última temporada a una media de tres millones de espectadores semanales en Antena 3 y que este lunes estrena su nueva temporada.

"Sólo puedo decir que soy Alicia, la nueva profesora de Filosofía", explica en una entrevista la actriz, para quien, a priori, lo original de la serie es que "se desarrolle en un colegio dentro de un bosque, donde no hay nada cotidiano alrededor, ni vecinos, ni bares ni parques; es angustioso, pero encierra un mundo muy interesante".

Cristina Marcos es toda una veterana de la televisión, un medio en el que comenzó con El olivar de Atocha (1988) y con el que ha conseguido galardones como el Fotogramas de Plata por la serie El grupo, en 2001, y donde ha participado además en series de culto, como La regenta (1995). De ahí que haya visto evolucionar un género en el que ahora ve cosas que no entiende, "como que siempre se centren en una franja concreta de edades. Me gusta más cuando se habla de todo el mundo, por eso me gusta también El internado, que agrupa a diferentes públicos".

También el ritmo de trabajo es muy diferente: "Antes te daban de golpe los guiones de los trece capítulos de la serie, y ahora se va a veces con el agua al cuello".

Está de acuerdo en que los buenos actores destacan en la pequeña pantalla, en comparación con el cine, "porque en televisión llegas inmediatamente, la cámara está ahí y no te deja esconderte, lo ve todo. En el cine hay más tomas y luego tienes el montaje final".

A esta actriz barcelonesa no le gusta que se menosprecie el medio televisivo como algo que pueda ser secundario para un actor. "Hay que saber hacerlo", dice introduciendo un tono ligeramente tajante.

Le encanta hacer series porque "tienen algo teatral, en el sentido de que se graban con varias cámaras, se pueden hacer planos secuencia, casi la secuencia entera, eso es más teatral que el cine, donde la cámara tiene que cambiar de lugar a cada poco".

No obstante, Cristina Marcos es una actriz todoterreno que tiene en espera dos estrenos cinematográficos: La isla interior, de Dunia Ayaso y Félix Sabroso, y Pájaros de papel, el debut en la dirección de Emilio Aragón, de quien dice que es "un director fantástico, "aunque sólo -dice- he trabajado con él un día".

Cuando El internado se lo permita, le gustaría volver al teatro, donde cosechó uno de los grandes éxitos de los últimos tiempos con El método Gronholm, que representó tres años seguidos con ocho funciones semanales.

"El teatro es como el atletismo -concluye la actriz, aficionada a hacer deporte-, sales y nadie te para, estás solo con tus compañeros, el texto y el público".