El brócoli, las coles de Bruselas o el repollo son probablemente las verduras más denostadas tanto por mayores como por pequeños. Seguramente no estará entre las comidas favoritas de la mayoría pese a los beneficios para la salud que han demostrado varios estudios. El último uno llevado a cabo por la Universidad Edith Cowan de Australia.

Según publica la revista 'British Journal of Nutrition', 684 mujeres mayores de Australia Occidental que llevaban una dieta basada en verduras crucíferas como las citadas tenían menos riesgo de sufrir una enfermedad de los vasos sanguíneos que se produce por acumulación de calcio en la vena aorta.

Esta enfermedad puede reducir el flujo de sangre que circula por el cuerpo. Esta reducción del flujo sanguíneo puede deberse a la acumulación de depósitos de grasa y calcio en las paredes internas de los vasos sanguíneos, como la aorta. Esta acumulación de grasa y calcio es la principal causa de un ataque al corazón o un derrame cerebral.

"En nuestros estudios anteriores, identificamos que aquellos que consumían más verduras tenían un menor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, como un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular, pero no estábamos seguros de por qué. Nuestros hallazgos de este nuevo estudio proporcionan una visión de los mecanismos potenciales involucrados. Ahora hemos encontrado que las mujeres mayores que consumen mayores cantidades de verduras crucíferas cada día tienen menos probabilidades de tener una calcificación extensa en la aorta", explica la responsable del estudio, Lauren Blekkenhorst.

Vitamina K

Un componente particular que se encuentra en abundancia en las verduras crucíferas es la vitamina K, que esta involucrada en la inhibición del proceso de calcificación que ocurre en los vasos sanguíneos.

La Organización Mundial de Salud (OMS) recuerda que el consumo de verduras como el brócoli o las coles de Bruselas ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres, y garantiza "un consumo suficiente de la mayoría de los micronutrientes, de fibra dietética y de una serie de sustancias no nutrientes esenciales".

Estima que el consumo de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras contribuye a prevenir enfermedades crónicas tales como las cardiopatías, el cáncer, diabetes o la obesidad.