Podríamos hablar de internet como una de las herramientas decisivas de la era de la información, en cuanto al marco social actual. Hoy en día, cuesta imaginar un mundo sin red o sin conexión. ¿Pero es realmente conexión de lo que hablamos? Según la RAE , se denomina conexión al enlace o al efecto de unir una cosa con otra o a la mancomunidad de ideas e intereses. Por tanto, se podría considerar internet como el mecanismo, que, permite un nexo de intercambio de ideas y conocimientos entre sujetos.

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Cada día hay más dispositivos con los que poder conectarnos a la red. No obstante, todo en la vida tiene un fin determinado. Según las estadísticas publicadas por el informe digital de WeAreSocial, la relevancia de internet en el mundo nunca había sido mayor, que, en el 2020.

Durante la visita del Covid-19, el número de “ciber consumidores” en el mundo crece un 7,3 % y alcanza los 4.660 millones.

Así mismo, el porcentaje ganador, dentro de la estadística, se le otorga a los fines comunicativos con una penetración del 57,1%. Sin embargo, la situación no es idéntica, desde una perspectiva global.

Digamos, que, en este aspecto, el reflejo de internet en el mundo estaría configurado como una especie de mosaico, donde destacan unas pocas alambradas, siempre ligadas a los intereses de millones de redes corporativas y domésticas.

Desde hace un año, y, debido a la situación pandémica, que, azota a todo el planeta, el escenario mundial ha cambiado y el nuevo concepto de actividad social contagia a toda la población. Ciertamente, el 2020 fue un año interesante en lo digital. Como ciudadanos o usuarios del mundo, sin duda, tratamos de adaptarnos a los nuevos desafíos causados por un germen, que, modificó por completo los hábitos con relación a la vida, tal y como la conocíamos.

Es posible, que, entre todos hicimos uso de la “red de redes” con el fin de satisfacer un propósito común y global, la conexión. En lo que a los procesos comunicativos se refiere hemos hecho de internet el ágora social de la actualidad. Pues se han perdido aptitudes, que, únicamente se daban en la comunicación interpersonal, en la comunicación face to face.

El sociólogo Manuel Castells afirma: ‘Paradójicamente, la vida virtual es más social que la física, ahora individualizada por la organización del trabajo y de la vida en las ciudades’.

Tal y como nos recuerda el ministro, todo proceso de cambio tecnológico de envergadura genera una mitología propia, con esto reitero lo mencionado anteriormente.Hemos convertido internet, en una creencia, un estilo de vida, incluso en una fe.

En la actualidad, casi toda nuestra información se encuentra compacta en ‘casas de cristal’, es decir de un modo u otro, confiamos nuestra identidad a la soberanía tecnológica. El crecimiento de internet, como autopista de la información, ha logrado no solo concebir el matrimonio comunicación- sociedad, sino, que, también ha favorecido el auge de la autonomía cultural.

Con la llegada de internet comienzan a gestarse las, hoy famosamente conocidas, redes sociales. El fenómeno, que, metafóricamente se identifica como “el grito en la pared”. El lugar donde la sociedad; comparte, comenta y valora.

No obstante, esto no solamente abarca un contexto social, si no también corporativo. Empresas como Zara, las cuales poseen su sede principal en Galicia, consigue día a día distribuir información comercial y generar comunicación con su público objetivo. Así mismo, se podría afirmar, que, de manera paralela fueron surgiendo los embajadores de las marcas, los influencers. Aquel perfil que se encarga de distinguirse dentro del ámbito de la mercadotecnia, dentro la órbita del mercado online.

Puede parecer curioso, pues a nadie le extraña escuchar este anglicismo, que, hoy por hoy, es la muletilla de la mayor parte de los tratamientos sociales y comerciales.

Sin embargo, siguen existiendo barreras y fronteras en lo digital, por ejemplo, China, establece ciertas restricciones a la hora de poder utilizar internet en todo su territorio. Además, el país, goza de plataformas como Youku, la cual trata de ser una alternativa, ante la saturación de la plataforma YouTube.

Pero, ¿Qué pasará en los próximos años? La fibra óptica y la tecnología móvil 4G, tendrán mucho que decir.