Cuando llegó el diagnóstico de Parkinson su vida estaba encauzada a través de discos y conciertos. Una vida artística que había empezado diecisiete años antes y que había conseguido encauzar con mucho esfuerzo. Componer y cantar era su vocación, y durante todo el proceso de la enfermedad no ha renunciado a ella. Hace poco más de un año se sometió a una larga operación, doce horas de quirófano, que le ha devuelto la normalidad en cuanto a movilidad, así que vuelve a los escenarios presentando un trabajo, Hollywood, en el que está esa canción que lo dice todo, Ojos nuevos. Es su nueva mirada a la vida.

¿Cuándo empezó usted en el mundillo musical?

A los 13 años, en mi cuarto. Yo crecí en un internado en Suiza y me empezó a enamorar la música a través de los discos de los Beatles, de Bob Dylan€ Con 18 años llegué a Madrid y empecé a actuar en directo.

Y cuando todo empezaba a ir rodado comienzan los primeros síntomas de su enfermedad, ¿no?

Más tarde. En diez años di más de 300 conciertos, en 2010 firmé el primer contrato musical y salió mi primer disco, producido por Juan Luis Giménez, de Presuntos Implicados. En el 2012, llegó el segundo, y en la presentación de este trabajo empecé a notar alguna cosa rara en el pie. Un poco más tarde me fui a vivir a Bélgica y en 2015, 17 años después de haber empezado con la música, me diagnostican un Parkinson.

Tenía usted 33 años cuando le dieron la noticia y solo 30 cuando notó los primeros síntomas. Da la sensación de que es una enfermedad que desarrollan personas de más edad, salvo en el caso de Michael J. Fox.

Así es, esa es la idea que tenemos todos. De hecho, cuando me dieron el diagnóstico me interesé mucho por el caso de ese actor. Quería entender cómo a alguien tan joven le había afectado una enfermedad que está más relacionada con gente de más de 60 años.

Y fue un palo, claro.

Pues sí. Al principio alucinas, no entiendes, no sabes lo que es. Te haces muchas preguntas, necesitas tiempo para ir encajando las respuestas y lo que es más difícil, para entender tu situación.

¿Supuso un parón en su vida musical?

No, pero sí fue un shock a nivel psicológico, aunque las dificultades estaban más en la parte inferior, en las piernas. Para mí fue una suerte tener la música, porque a través de ella saqué muchas cosas que tenía dentro. Muchas de esas incertidumbres que se quedan en tu interior las pude sacar componiendo. Esa pasión que siempre he tenido por la música es mucho más fuerte ahora, y lo fue sobre todo en los momentos más difíciles. La enfermedad es como un viaje continuo, tienes que acostumbrarte a moverte con ella y necesitas canalizarlo, conducirlo por algún lado.

Y hace un año se arriesgó a que le intervinieran en una operación muy difícil.

Desconocía que hubiera ese tipo de operación a la que me sometieron. Me la propusieron en el Hospital de Cruces en el año 2019, y al principio la recibes como con mucho miedo, pero luego ya vas viendo que es la mejor opción. Era muy joven, y sigo siéndolo porque acabo de cumplir 41 años, y quería luz. Me operé hace un año y un mes, y me ha cambiado la vida. He recuperado muchísima autonomía, estoy volviendo a dar conciertos y salgo de gira ahora: presento el disco en Madrid, en Bilbao, en Barcelona€ He recuperado mi vida.

Tiene que dar vértigo una operación de doce horas de quirófano...

Claro. Es una cirugía de mucha precisión, y como ocurre en todas las intervenciones, hay casos que salen bien y otros que no. Estoy muy agradecido a todos los que han contribuido a que haya podido volver a vivir más plenamente.

La de Barandiaran es una historia de infortunio y superación.

Con una enfermedad así y a tan temprana edad uno se puede volver esclavo de la autocompasión.

No, nunca lo he sido. Es que no sirve para nada. Me siento orgulloso de cómo he manejado la enfermedad. Yo no he caído en esa autocompasión. Es fundamental contar con el apoyo de tu pareja, de tu familia, de todo tu entorno. Hay días en los que necesitas más ayuda y otros menos en cuanto a la parte psicológica, además de tener que contar con apoyos en la de movilidad. Pero después de la operación ha sido todo como muy mágico.

¿Cuál es la canción que marca el antes y el después en su vida?

Ojos nuevos, el tema con el que abro el disco. Es la canción que expresa la nueva vida que tengo ahora. Significa abrazar todas las oportunidades que tengo por abrazar en estos momentos.

Hay otro tema suyo titulado Camino al hospital

Es anterior al cambio de vida que ha supuesto la intervención. La compuse en las idas y venidas al hospital, sin caer en la autocompasión pero narrando de una forma muy melancólica lo que sentía en esos viajes. Diana le da un toque muy alegre. Tiene una voz muy viva. Es la música que me lleva a esos momentos difíciles del hospital y de la enfermedad que me impedía vivir la vida con cierta normalidad.

¿Son un tema para cada estado de ánimo?

Diríamos que es el pre y el post de una situación. Camino del hospital es el pre y Ojos nuevos es el post.

¿Es usted un hombre muy viajero?

Creo que sí. A veces vas físicamente, otras con la imaginación. Mi último disco, el que estoy presentando, se mueve por lugares lejanos y creo que emite imágenes a través de la música. Es muy cinematográfico.

¿De ahí el nombre de Hollywood

Exactamente. Lo que intento reflejar en la música son mis mundos, mis viajes de todo tipo, las imágenes de mi vida, o de mi vida tal y como la concibo yo.

¿Ahora dónde vive?

En Bilbao. Viví catorce años en Madrid, cinco en Bélgica y llevo cuatro en Bilbao. Como ves, he vuelto a mis orígenes y estoy encantado. Me fui siendo un niño y he vuelto a contactar con la naturaleza, las montañas, el mar... Todo queda muy reflejado en el disco, y quien lo escuche verá que hay claves de todos esos paisajes.

Tiene previstos muchos conciertos. ¿Una sorpresa?

Antes de la operación grabé las voces. No sabía si Hollywood iba a ser un disco antes que otros que pudieran venir o iba a ser el último que hiciera en mi vida. Cuando vi que con la operación había mejorado mucho ya empecé a plantearme conciertos como antes de estar enfermo y volver a sentir que era mi trabajo. La verdad es que me he venido arriba y me veo con fuerzas y ganas cada vez que me piden un concierto. Estoy sorprendido y agradecido, es una suerte poder volver a cantar.

¿Se vive bien de la música?

Como sabes, esta es una profesión llena de altibajos. Las giras son los mejores momentos para un cantante, para un músico, pero luego llegan otros tiempos que€ bueno. Cuando grabé el primer disco es lo que me dijeron los de Presuntos Implicados, que la música era una vocación, y tener esa vocación es lo que más te puede ayudar. Hay gente que tiene éxito y gana mucho dinero, otra gente que gana menos, pero al final estás en esto porque te gusta más que nada, porque te atrae como no lo hace ninguna otra profesión.

Preparó el disco antes de la operación. ¿Ha sido difícil componer y cantar conviviendo con el Parkinson?

Muy difícil. La sincronización de movilidad que tenía era muy limitada, así que tenía que organizar las sesiones de composición en base a la medicación y buscar el mejor momento de motricidad. Seguir con la música me ha exigido muchísima disciplina y organización.

¿En qué ha influido la enfermedad en su carácter? ¿Le ha hecho relativizar los momentos?

Absolutamente. Ha sido una gran enseñanza. El Parkinson me ha enseñado sobre todo a no dramatizar.

PERSONAL

Edad: 41 años.

Lugar de nacimiento: Bilbao.

Inicios: Su afición a la música comenzó cuando tenía 13 años y estudiaba en un internado suizo.

Trayectoria: A los 18 fijó su residencia en Madrid y comenzó con los conciertos y con la grabación de sus tres primeros discos: El beso, Jiji Jajá & Triliri Tralara y Un rayo me atravesó. En estos momentos se encuentra con la promoción y la presentación de su cuarto trabajo, Hollywood, especial porque con él ha conseguido plantarle cara al Parkinson que le diagnosticaron en Bélgica cuando tenía 33 años. Tras someterse el año pasado a una operación ha vuelto a tomar las riendas de su vida en todos los sentidos y se le presentan unos meses llenos de conciertos.