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VÍDEO: Mercería Peciña, el pequeño comercio de Vitoria cercano y personal

Hagamos memoria y vayámonos a hace años a uno de los establecimientos de toda la vida que veíamos en las calles de nuestros barrios y que hoy, desgraciadamente, no aparecen con tanta frecuencia. Hablamos de las mercerías, tiendas pequeñas repletas de estantes y cajones donde se sucedían hilos de todos los colores, botones de formas y tamaños variados, agujas, encajes, cintas, y todo tipo de materiales para coser y arreglar ropa.

Hoy, la imagen apenas se puede ver con las pocas mercerías que quedan abiertas y que forman parte de la escena de nuestras calles. Una de ellas, muy conocida en la ciudad, es la Mercería Peciña que desde hace 4 años gestiona Mari Carmen Fajardo en la calle Francia de la capital gasteiztarra. 

Mercería Peciña, una atención cercana y personal en Vitoria

Estar detrás de este mostrador de madera (que casi cumple medio siglo y que incluso ha llamado la atención para escenas de localización de alguna que otra película) no era algo nuevo para nuestra emprendedora. Tiempo atrás formaba parte de la plantilla junto a la anterior dueña para cubrir vacaciones o bajas del resto de sus compañeras en este comercio mítico del centro de la ciudad. Llegado el momento de la jubilación de su anterior jefa, Mari Carmen vio una oportunidad para hacerse emprendedora en el tramo final de su vida laboral haciéndose cargo de esta mercería.

Una oportunidad que, como ella misma reconoce, no estaba y está exenta de miedos diarios ya que sabe de lo complicado que es mantener un negocio abierto y más cuando se compite (y no en igualdad de condiciones) con grandes superficies comerciales y con los productos que se compran en Internet a un precio más bajo. 

Mari Fajardo en su mercería

“Serán piezas más económicas, pero si te fijas la calidad no es la misma y mis clientes eso es lo que buscan al final. Esto y además ese trato cercano y personal que siempre se da en un negocio de toda la vida”, nos cuenta nuestra protagonista acerca de una clientela que se ha mantenido fiel con esta nueva gerencia y que sabe apreciar las bondades del comercio local de siempre. 

De todos los colores

El comercio que debe seguir vivo

“Las mercerías de antes tenían ese encanto de lo más especial. La atención era tan cercana que muchas veces incluso conocías el nombre de los clientes y sabías casi qué necesitaban. No solo se vendía material, sino que era un espacio para compartir consejos, trucos y anécdotas. La relación con los clientes era cercana, casi familiar, y eso hacía que volver a la tienda fuera como visitar a un amigo”, recuerda con cariño Mari Carmen acerca de esta mercería con años a sus espaldas y que sigue manteniendo esa defensa del comercio cercano

Precisamente ese mismo mantra se comparte con la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA, que no tuvo duda alguna a la hora de apoyar y confiar en el nuevo rumbo laboral y vital de Mari Carmen Fajardo.

Iniciativa apoyada por Gaztenpresa y Lanbide

DESCUBRE MÁS SOBRE EL PROYECTO GAZTENPRESA DE LABORAL KUTXA

En comparación con los comercios de hoy en día, las mercerías de antes tenían un carácter muy especial y eso ha cambiado con la tecnología y la globalización. Donde muchos eligen grandes compras de manera digital, son otros tantos los que todavía cruzan la puerta de negocios como Mercería Peciña donde la atención personalizada y el cariño no se ha perdido.

Y es que nunca se podrá reemplazar la calidez y el toque humano de una mercería tradicional, donde personas como Mari Carmen te aconsejan con paciencia y te ayudan a encontrar justo lo que necesitas.