Existe un rincón a poco más de una hora de Vitoria que cuenta con un entorno natural que quita el aliento. En sus inmediaciones, tenemos Pancorbo, los Montes Obarenes, el Valle de las Caderechas y otras maravillas. Es, además, el pueblo que vio a Félix Rodríguez de la Fuente nacer. Unas características que han enamorado a la revista ‘National Geographic’.
Se trata de Poza de la Sal, ubicado en la provincia de Burgos, en Castilla y León, y, según la citada revista, desde el castillo de pueblo se puede ver el “Balcón de La Bureba”, comarca que rodea este municipio y otros circundantes.
Historia en las alturas
A más de 1.000 metros de altitud, en pleno páramo de Masa, se alza el Altotero, rincón en el que permanece el primer monumento dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente. En sus cercanías, tenemos el Castillo de los Rojas, una fortaleza del siglo XIV con gran historia.
De acuerdo con los registros, este fuerte sirvió para defender las salinas del pueblo y resistir los ataques franceses en la Guerra de la Independencia, suceso bélico que tuvo lugar a principios del siglo XIX.
El legado de Félix Rodríguez de la Fuente
Hablar de Poza de la Sal significa homenajear a Félix Rodríguez de la Fuente, uno de los divulgadores más reconocidos en el ámbito de la naturaleza. Este pueblo es su lugar de nacimiento y alberga un monumento en su honor que da la bienvenida a los turistas.
Además, la casa natal del naturalista sigue en pie como un recordatorio de su legado, haciendo de esta localidad un lugar de peregrinación para quienes valoran su contribución al conocimiento y la preservación del medio ambiente.
Patrimonio cultural y música
Uno de los atractivos de Poza de la Sal es su casco histórico. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982, aún hoy mantiene su estructura medieval, con murallas de cinco metros de altura entre sus calles empedradas.
El camino lleva a la Plaza Nueva, donde se halla el Temple de la Música, todo un icono de la tradición musical del pueblo. De hecho, esta localidad es la más pequeña de Europa con banda propia. Luego, en la Calle Mayor, está la casa natal de Félix Rodríguez de la Fuente.
Por otro lado, está la iglesia de San Cosme y San Damián, una edificación gótica del siglo XIV y con elementos barrocos. Cabe mencionar su reconocimiento patrimonial, pues ha sido declarado Bien de Interés Cultural en 1974.
La joya blanca de Poza de la Sal
Uno de los lugares más destacados del pasado de la localidad es la Casa de la Administración de las Reales Salinas. Es una construcción del siglo XVIII convertido en Centro de Interpretación y un punto de la localidad que no podemos obviar.
Aquí podemos descubrir la gran importancia de la sal en la economía local, puesto que antaño fue el principal productor de este mineral en la península. Tal y como se sabe, su producción anual era de hasta siete millones de kilos.
Pero lo mejor está por llegar. Hablamos de las salinas de Poza de la Sal, seña de identidad del pueblo. Erigidas en tiempos prerromanos, aquí se conservan lavaderos de piedra del siglo XVIII, donde antiguamente las mujeres lavaban la ropa con el agua helada del páramo.
La magia del agua y la sal
Uno de los grandes tesoros de Poza de la Sal es el ‘Salero’, un diapiro de 2,5 kilómetros de diámetro considerado Punto de Interés Geológico. En sus balsas de evaporación, se puede vivir la experiencia de flotar en agua hipersalina, al igual que en el Mar Muerto.
Esto es el resultado de un fenómeno geológico que provocó un yacimiento salino en el subsuelo. La cuenca salinera se repartió en zonas independientes de producción y propiedades que forman parte de los distintos tipos de instalaciones destinadas a la producción de sal.
Cómo llegar a Poza de la Sal desde Vitoria
Para ir a Poza de la Sal desde Vitoria, la forma más rápida y cómoda es hacerlo en coche.Se debe tomar la salida A-1 en dirección a Burgos hasta la salida de Briviesca. Desde allí, seguir por la BU-504 siguiendo las indicaciones hacia Poza de la Sal. El trayecto dura aproximadamente una hora y diez minutos.
En transporte público, primero se debe tomar un autobús Alsa desde Vitoria hasta Briviesca, en un recorrido que dura casi una hora. Desde esa zona, lo mejor es coger un taxi y llegar a nuestro destino tras 15 km.