El nuevo reclamo de Brasil para los turistas es un sorprendente lago de un singular color en el estado de Río Grande del Norte. Este fenómeno de la naturaleza que atrae a cada vez más curiosos es una laguna que parece hecha de Coca Cola y cuyas fotografías no hacen más que proliferar en las redes sociales.
El Lago de Araraquara, en Bahía Formosa, se convierte cada verano en uno de reclamos turísticos más visitados gracias a la tonalidad de su agua, que recuerda perfectamente al color de un refresco de cola. Por ello, es conocida popularmente como la Laguna de Coca-Cola.
Naturalmente no es una laguna llena de la popular bebida azucarada sino que es agua con una alta concentración de yodo y hierro. Son estos minerales los que tiñen el agua de un color oscuro y rojizo y le confieren esta particularidad que le ha hecho tan famoso.
Pero la peculiaridad de esta laguna brasileña no termina en su color. Además existe una leyenda que asegura que estas aguas calientes y de poca profundidad pueden curar enfermedades y rejuvenecer a aquellos que se bañan.
El lugar es realmente recóndito y de difícil acceso, y se deben caminar unas cinco horas por senderos que atraviesan la selva brasileña o bien utilizar un coche que esté acondicionado para transitar por caminos complicados. Estas dificultades no son impedimento para que cada vez más turistas brasileños y extranjeros se acerquen hasta allí para disfrutar de sus encantos, ya que este espectáculo de la naturaleza está a un centenar de kilómetros de la ciudad de Natal.