Dominique Pelicot reconoció este martes en el juicio en Aviñón en el que está acusado de drogar a su mujer durante casi diez años para ofrecerla a decenas de hombres que también abusaban sexualmente de ella, que es un violador, como el resto de acusados.

"Soy un violador, como todos los acusados en esta sala, que al venir conocían su estado", afirmó en referencia al hecho de que los otros hombres sabían que su mujer, Gisèle Pelicot, se encontraba en estado de inconsciencia a causa de los ansiolíticos que le daba.

Después de haber comenzado su declaración entre lloros, cuando recordó los abusos sexuales que sostiene haber sufrido cuando tenía 9 años y la violación que presenció a los 14, reconoció los hechos que se le imputan "en su totalidad".

"No se merecía esto", subrayó en referencia a su exmujer (el divorcio se formalizó en agosto) después de haber insistido en que los otros 50 hombres que se sientan en el banquillo junto a él estaban al corriente de sus procedimientos y "no pueden decir lo contrario".

Algunos de esos acusados afirman que no sabían que Gisèle Pelicot estaba inconsciente, bajo los efectos de los ansiolíticos, cuando tenían relaciones sexuales con ella, y pensaban que todo formaba parte de las fantasías sexuales que compartía la pareja, y que por tanto había consentimiento de los dos.

Dominique Pelicot ha manifestado que tenía "la familia ideal", pero que con su comportamiento lo ha "arruinado todo" y ahora debe "pagar".

Pelicot, que reconoció ser plenamente responsable de los delitos por los que está encausado, se mostró avergonzado por su comportamiento en la vista, en presencia de Gisèle Pelicot, la que ha sido su mujer durante medio siglo, y de la que se divorció en agosto: "Lo he arruinado todo y lo he perdido todo. Tengo que pagar".

Destacó que tenía "la familia ideal, pero yo no lo era" y trató de explicar sus prácticas de grabar las violaciones cometidas por las decenas de hombres a los que invitaba a su casa para que abusaran de su mujer, que estaba bajo los efectos de los ansiolíticos: "hay una parte de placer pero también una medida de seguro".

Porque -añadió- "gracias" a esos archivos audiovisuales, con cientos de vídeos y fotos que la policía encontró en un disco duro se ha podido identificar "a los que participaron en todo eso".

49 hombres acusados

Se refería así a los que se sientan con él en el banquillo, 49 hombres acusados de haber violado a Gisèle Pelicot, y otro, Jean-Pierre Maréchal, que copió los métodos de Dominique Pelicot y drogó también a su propia esposa para violarla con el que le servía de ejemplo.

Ese comentario generó algunos murmullos en la sala entre los acusados. Béatrice Zavarro, la abogada del principal acusado en este proceso ante el Tribunal de lo Criminal de París, trató de poner en contexto esta primera declaración de su cliente.

"Lo que cometió -admitió Zavarro- es incontestablemente un acto monstruoso. ¿Es un monstruo? No estoy de acuerdo con eso y me dedicaré a demostrarlo. En cualquier caso, es un hombre entre los hombres".

La letrada también hizo hincapié en la voluntad de Dominique Pelicot de contarlo todo, de forma que este asunto no tenga ninguna parte oculta.

Pelicot, de hecho, aseguró que no cometió otros actos de abusos más allá de los que ha descubierto la Policía.

Indicó que él también sufría por ver los abusos que padecía su mujer y que trató de parar "pero la adicción era más fuerte".

Al inicio de su declaración el principal acusado había contado que cuando tenía 9 años él mismo sufrió abusos sexuales en un hospital, que presenció una violación con 14 y que le intentaron hacer partícipe de los abusos que sufría su madre de parte de su padre. Y estableció un vínculo con los hechos por los que está siendo juzgado: "Uno no nace perverso, se hace".

La víctima: "Tenía plena confianza en él"

Ella afirmó por su parte, en una reacción a esta primera declaración de Dominique Pelicot, que en los 50 años que vivió con su marido no pudo imaginarse que la violara, que no dudó de él "ni un solo segundo", y que tenía confianza.

"Durante 50 años, viví con un hombre del que no imaginaba que pudiera cometer estos actos de violación. Él es consciente de esos actos de violación, pero yo no dudé de este hombre ni un solo segundo. Tenía plena confianza en él".

Añadió, además, que "durante 50 años amé a este hombre, pese a algunas fases" y que tenía tal confianza en él que le habrían podido cortar las dos manos por creer lo que le decía.

El principal acusado señaló que si bien "nunca consideré a mi mujer como un objeto, desgraciadamente los vídeos muestran lo contrario".

Tras ser detenido en septiembre de 2020 por grabar bajo las faldas a unas mujeres en un supermercado de la ciudad de Carpentras, los investigadores que hicieron un registro en su casa encontraron en un disco duro cientos de vídeos y fotos que él había tomado durante las sesiones de abusos sexuales de su mujer drogada a las que invitó a decenas de hombres.

Esos vídeos y esas fotos son los que han permitido identificar a algo más de medio centenar de hombres, de los cuales 49 están siendo juzgados en este proceso que comenzó el 2 de septiembre, y en el que cada uno de ellos podría ser condenado a 20 años de cárcel por violación agravada.

Dominique Pelicot recordó que "gracias a esos vídeos se ha podido dar con quien participó" y lanzó entonces una mirada a los otros acusados. Señaló que los guardaba, precisamente, para tener un registro de esos participantes, por el placer de contemplarlos y por "vicio".

Dominique Pelicot hizo entre sollozos esta primera declaración que se había pospuesto desde hace una semana por su enfermedad, y que había conducido a la suspensión de las sesiones del juicio el pasado viernes y ayer, lunes.

Un equipo de dos médicos que lo examinó a petición del presidente del Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, Roger Arata, dictaminó que el principal acusado estaba en condiciones de acudir al juicio hoy, pero con una serie de adaptaciones.

Por una parte, con pausas de 15 a 20 minutos cada 90 minutos de declaración, y por otra con un asiento adaptado, en particular con un cojín.

Según su abogada, Béatrice Zavarro, al principal acusado se le encontró una piedra en la vejiga y sufre una infección renal.