El Tribunal de Bucarest rechazó este lunes la petición del polémico influencer Andrew Tate y su hermano Tristan, acusados de trata de personas, violación y organización de grupo criminal, de que se les levantaran las medidas de control judicial.

Los jueces revocaron en agosto el arresto domiciliario a la espera de juicio pero les impusieron medidas de control judicial, entre ellas que no puedan abandonar el condado de Ilfov, donde se encuentra la capital rumana.

Según la agencia rumana Agerpres, el pasado 3 de noviembre los Tate también solicitaron la devolución de los bienes valorados en más de 3,6 millones de dólares que las autoridades rumanas les confiscaron el pasado enero, entre ellos coches de alta gama, relojes de lujo, lingotes de oro y criptomonedas.

El Tribunal de Bucarest se pronunciará sobre esta petición de los acusados el próximo 17 de noviembre, informó la televisión pública rumana.

La fiscalía rumana acusó en junio a los Tate y a dos cómplices rumanas de constituir un grupo criminal organizado para reclutar a mujeres y explotarlas sexualmente a cambio de dinero.

Según la fiscalía, el delito de trata de personas se habría cometido tanto en Rumanía como en EEUU y Reino Unido, y tres de las siete mujeres identificadas como víctimas de los Tate se convirtieron en parte de la acusación civil.

Los investigadores rumanos aseguran que los dos hermanos seducían a las mujeres con el pretexto de iniciar una relación amorosa y las trasladaban a una villa de Ilfov, donde las obligaban a hacer contenido pornográfico para videochats bajo coerción psicológica y física.

Los Tate tienen procesos legales abiertos por explotación de mujeres también en EEUU y Reino Unido, y siguen a la espera de la fecha del juicio en el país balcánico.