El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, uno de los principales rostros del movimiento social contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, anunció hoy que dejará en junio el liderazgo del que es el sindicato mayoritario en Francia.

"No se trata de un capricho ni de una decisión dictada por la actualidad", aseveró Berger, de 54 años y secretario general de la CFDT desde 2012, en una entrevista con el diario Le Monde.

"Simplemente deseo respetar las reglas colectivas y una forma de ética personal, vinculada al funcionamiento democrático de la CFDT. La CFDT no es un partido, ni una empresa personal: es una organización colectiva. Es normal que se encarne en dirigentes, pero también es normal que se renueve", agregó.

Berger, que también es presidente de la Confederación Europea de Sindicatos con mandato hasta este mes de mayo, prometió que no se marcha por cansancio y argumentó que es mejor "pasar el testigo" cuando las cosas van bien encaminadas.

Respecto a su posible sucesor, Berger desveló que ha propuesto a Marylise Léon, secretaria general adjunta desde 2018, y que piensa que es "importante" que haya mujeres al frente de las organizaciones sindicales, algo que ya ocurrió este año en la segunda mayor central de francia, la CGT, a cuya cabeza llegó Sophie Binet.

Respecto a su partida en medio aún de la crisis social y política desatada por la reforma de las pensiones, Berger admitió que es consciente de que es un periodo "particular", pero precisó que nunca hay un momento sin algún frente abierto y que él no es "indispensable".

También descartó que su marcha vaya a debilitar el movimiento de contestación contra la reforma, que se encuentra en una encrucijada tras la validación de la norma por parte del Consejo Constitucional la semana pasada.

"El movimiento social es rico en trabajadores que se movilizan. Sé que desempeñé un papel en la protesta contra la jubilación a los 64 años. Y aún no he terminado", aseveró, si bien descartó una futura carrera política.

Para él, a pesar de que la reforma de las pensiones parece ya imparable, no se trata de una "derrota del sindicalismo", que luchó en las calles durante tres meses y prepara aún una nueva gran manifestación para el 1 de mayo.

"La lucha no ha terminado", recalcó, porque no solo queda esa jornada de protesta sino que, a nivel legal, el Consejo Constitucional francés estudia aún una demanda para someter la reforma a referéndum y los sindicatos estudiarán también "impugnar" los decretos de aplicación ante la justicia administrativa.

Sobre la estrategia a seguir, Berger confía en que el movimiento sindical sabrá mantenerse unido.

Poco después de conocerse la noticia, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, dijo en rueda de prensa que Berger ha sido un socio "serio" y "exigente" con el que se lograron "avances importantes".

La relación entre la CFDT y el Gobierno, sin embargo, se enturbió a lo largo de la crisis por las pensiones, en contraste con ocasiones anteriores donde sí habían logrado entendimientos.

En el macronismo sentó mal que Berger hablara de una crisis democrática y se le acusó de no proponer soluciones.

En ese marco, Berger criticó, al anunciar su marcha, que el presidente francés se haya "limpiado los pies" con los trabajadores.