- El presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk, dijo ayer adiós al cargo que ha ocupado durante los últimos dos años en la formación con un aviso contra las cesiones en materia de valores fundamentales, ante las grandes divisiones globales que la invasión de Ucrania ha acentuado.
En su último discurso antes de dar el relevo al alemán Manfred Weber como su sucesor, el expresidente del Consejo Europeo advirtió de que en las últimos meses la perspectiva de una Tercera Guerra Mundial se ha convertido en “horriblemente real” y, ante este escenario, se ve “con claridad en qué lado estamos y qué valores representamos”.
“La pandemia, la guerra en Ucrania, nuestra posición sobre China, el brexit o las elecciones en Estados Unidos han revelado una división profunda del mundo. La agresión rusa ha mostrado con fuerza la naturaleza de esta división. Cuando se trata de intereses, las cesiones están justificadas. Pero en las confrontación con los valores fundamentales no hay margen para las cesiones”, afirmó Tusk, que subrayó que Rusia “ni siquiera esconde que el ataque a Ucrania es una confrontación con todo Occidente, Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN” y recordó que también dentro de la familia popular europea ha habido allegados del presidente ruso, Vladimir Putin, y su filosofía política.
“En la Europa de hoy, está claro lo importante que fue nuestra decisión de decir adiós a Viktor Orbán, un defensor continuo del Kremlin y promotor de una nueva democracia liberal que es parte de una nueva versión de un Estado autoritario”, apuntó el político polaco sobre la actuación del presidente ultranacionalista húngaro.
En este sentido, aplaudió la labor en la salida de la formación gobernante húngara, Fidesz, del PPE que asumió el candidato único a sucederle en la presidencia del partido, Manfred Weber, de quien también destacó su “valentía silenciosa” y “cómo siempre está en el lado correcto” de los debates.