Alemania ha confirmado este viernes más de 220.000 casos y 260 muertos por coronavirus durante el último día, en medio de un lento descenso de la incidencia acumulada semanal tras un repunte durante las últimas semanas provocado por la propagación de la variante ómicron.
El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental de control de enfermedades infecciosas, ha manifestado a través de su página web que durante las últimas 24 horas se han detectado 220.048 positivos y 264 muertos, lo que sitúa los totales en 13.255.989 y 120.992, respectivamente.
El organismo ha señalado además que la tasa de incidencia acumulada durante la última semana es de 1.371,7 casos por cada 100.000 habitantes, con 1.140.629 casos detectados durante los últimos siete días. Este dato ha ido a la baja durante los últimos días.
El Instituto Robert Koch ha apuntado que en estos momentos hay cerca de 3.650.600 casos activos y ha cifrado el número de personas recuperadas de la COVID-19 en unas 9.484.400, incluidas alrededor de 163.700 altas médicas durante las últimas 24 horas.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció el miércoles que la gran mayoría de las restricciones impuestas para contener la pandemia de COVID-19 se levantarán el 20 de marzo, tras consultar a los líderes de los estados alemanes. Así, destacó que los ciudadanos pueden "mirar hacia adelante con más confianza que en las últimas semanas".
Sin embargo, advirtió de que la pandemia aún no ha terminado y "no hay que descuidarse". Scholz se aferra al objetivo de lograr que la vacunación contra la covid-19 sea obligatoria en Alemania. "No hay que olvidar que habrá otro otoño e invierno y por ello es correcto preparar la legislación para una obligación general de vacunación", argumentó.