- El Partido Socialista (PS) liderado por el actual primer ministro, António Costa, ganó las elecciones legislativas celebradas ayer en Portugal con una amplia ventaja, más del 42% de los votos, cuando el escrutinio rondaba el 70%. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Administración Interna, el PS es el claro ganador de la jornada y podría acercarse a la mayoría absoluta.
El líder de la oposición, Rui Rio, del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), obtendría casi el 30% de los sufragios. Estos resultados chocan con los sondeos divulgados en los últimos días de campaña, que llegaban a dar un empate técnico entre ambos partidos.
El ultraderechista Chega, que sólo tenía un diputado en el Parlamento, se colocaría como tercera fuerza con más del 7,33% de los votos, mientras que los antiguos socios de la izquierda que formaron con los socialistas la llamada geringonça en el Gobierno ven empeorar sus resultados.
El Bloco de Esquerda, tercera fuerza en 2019 con casi el 7%, caería ahora a la quinta posición, con un 3,2%, y la coalición de comunistas y verdes se quedaría en el 3,6%.
Con estos números, la opción más factibles para gobernar es la de reeditar esa geringonça de izquierdas, es decir, la unión de los diputados del Partido Socialista de Costa y los del Partido Comunista junto a los del Bloque de Izquierdas, cuyo apoyo electoral descendió considerablemente por su apuesta de no apoyar los presupuestos de 2022, movimiento que provocó la repetición electoral. Si esto no resulta, puede haber un intento de hacer una geringonça de derechas, con los apoyos del PSD de Rui Rio, equivalente ideológico del PP en Portugal, junto a otras formaciones de derecha como la pujante Iniciativa Liberal o el conservador CDS.
La abstención, según los sondeos, sería inferior al 51% registrado en las elecciones de 2019. Precisamente, el líder socialista y primer ministro luso, António Costa, saludó la participación registrada en la jornada electoral que vivió Portugal y afirmó que los portugueses percibieron que fueron unas elecciones “esenciales” para el país.
“Todo indica que la abstención se habría reducido” y que se registró una gran movilización. “Los portugueses percibieron que estas no eran unas elecciones iguales a otras, eran esenciales para el futuro del país”, agregó Costa en unas breves declaraciones a la prensa a su llegada el hotel lisboeta donde los socialistas esperarán los resultados.
Costa, que durante la campaña adelantó que si perdía estas elecciones renunciaría, evitó pronunciarse sobre posibles pactos post-electorales y se limitó a comentar que “ganar o perder hace parte de nuestra vida”.
Más de 800.000 electores confinados ayer debido a la pandemia -el país sufre récord de contagios de covid- pudieron romper el aislamiento para votar al final de la jornada, entre las 18.00 y las 19.00 horas.
Pandemia. Durante toda la jornada, tanto los candidatos como el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, llamaron al voto y garantizaron que las condiciones de seguridad estaban dadas pese a la pandemia. El miedo a la abstención, que en 2019 superó el 51%, marcó la recta final de la campaña para estas elecciones en un país con cifras récord de contagios por covid.
Perfil
- António Luís Santos da Costa (Lisboa, 1961) suma y sigue. El socialista incombustible que dio la vuelta a una derrota en 2015 y formó Gobierno con un inédito pacto de izquierda sumó ayer otra conquista al vencer las elecciones pese al fracaso de su último gabinete a mitad de legislatura y de una desgastante pandemia.
Costa se jugaba ayer todo. Si en 2019, tras cuatro cómodos años con el apoyo de la geringonça, era el evidente favorito en las encuestas, esta vez los sondeos no dejaban claro que el socialista pudiese volver a vencer en las urnas.
Su círculo más próximo no dudaba de su audacia en tiempos difíciles, pero tras seis años de Gobierno, dos en pandemia, empezaba a sonar la palabra “cansancio”. Sin embargo Costa, que se estrenó en política con sólo 21 años, y que ya es uno de los rostros más carismáticos de la política lusa, sorteó su enésima crisis.
Casado y con dos hijos, el líder socialista, reconocido como trabajador incansable, pragmático y temperamental tiene un nuevo desafío por delante: conducir a Portugal en el camino de la recuperación tras la pandemia.