El acceso a los datos, los sesgos en la inteligencia artificial, la desinformación en las plataformas o considerar como delitos en el mundo en línea aquellos que también lo son en la vida real también son algunos de los retos que plantea la digitalización y que tienen que abordar los legisladores para establecer normas en el sector.
Estas son algunas de las conclusiones alcanzadas en la vigesimosegunda edición del Foro de Derechos Humanos de la Unión Europea y la Red de Derechos Humanos y Democracia (HRDN, por sus siglas en inglés), que se celebró este miércoles de forma telemática.
"Las nuevas tecnologías también tienen riesgos, muchas veces los defensores de los derechos humanos son señalados de forma arbitraria", dijo el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, durante su intervención por vídeo en el foro.
Borrell subrayó que "las noticias falsas y el discurso de odio se extienden, la vigilancia masiva está creciendo y también hay una recopilación y análisis masivo de los datos de los ciudadanos sin las salvaguardias adecuadas".
No obstante, el jefe de la diplomacia europea señaló que la UE ya ha puesto en marcha medidas para "abordar las nuevas amenazas y proteger nuestros derechos", aludiendo al Plan de Acción para la Democracia Europea y los Derechos Humanos, presentado la semana pasada, la nueva Ley de Servicios Digitales que se prevé que vea la luz en los próximos días o la incipiente legislación en Inteligencia Artificial.
En este foro también participó la comisaria europea de Asociaciones Internacionales, Jutta Urpilainen, quien destacó que hay un "lado oscuro" en la digitalización y apuntó a "la desinformación, el acoso, el discurso de odio y la violación de la privacidad en línea" como nuevos retos a los que es necesario hacer frente.
Urpilainen añadió, además, que "los derechos humanos son universales tanto 'online' como 'offline'", y aseguró que trabajará para que "la transición digital promueva estos derechos humanos".
Evitar los sesgos en la inteligencia artifical
"Dejar una enorme cantidad de poder en las manos de las gigantes plataformas de redes sociales tiene implicaciones preocupantes", alertó, por su parte y durante su participación en el evento, la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
La expresidenta chilena señaló que a pesar de los intentos sobre moderación de contenido "todavía existen serias preocupaciones sobre muchas de las prácticas que en algunos casos socavan, aumentan y refuerzan la desigualdad", y añadió que "los legisladores (...) deberían considerarlo".
Durante esta mesa redonda también se puso de relieve la importancia de las plataformas digitales durante la crisis de la covid-19, que "han ayudado en la educación, en el trabajo y a conectar con las familias", explicó el representante especial de la UE para los Derechos Humanos, Eamon Gilmore.
Sin embargo, estas tecnologías también tienen sesgos y "brechas de género o edad" y no están exentas de "problemas como la vigilancia (...) o el discurso de odio", añadió Gilmore.
En este sentido, para atajar las diferencias, alguna de las soluciones propuestas fue "crear un buen camino para el acceso a los datos y espacios personales para que los individuos puedan controlarlos y decidir", añadió por su parte el director de Medios y Datos de la Dirección General de Redes de Comunicaciones, Contenido y Tecnología de la CE, Giuseppe Abbamonte.
Además, los oradores subrayaron que "los derechos humanos deben ser aplicados tanto 'online' como 'offline'", en palabras del director de la Agencia de Derechos Humanos (FRA), Michael O'Flaherty, y que las tecnologías de vigilancia masiva no deben usarse con "minorías que están en una posición vulnerable", según la defensora y experta en derechos humanos, la hongkonesa Sharon Hom.
También se consideró imprescindible que la "sociedad civil tenga acceso a la tecnología", según la eurodiputada socialista belga Maria Arena, y que se promueva que haya "fact checkers (especialistas en desmentir bulos) independientes para luchar contra la desinformación", añadió la eurodiputada de los Verdes Heidi Hautala.