La Unión Europea (UE) y el Reino Unido comenzaron este martes la novena ronda de negociaciones para acordar su relación futura tras el Brexit, unas conversaciones con los plazos cada vez más ajustados, puesto que ambas partes han fijado octubre como el momento en el que se debe lograr un pacto. La nueva tanda se inició hoy y se prolongará hasta el viernes en Bruselas.
Durante estos cuatro días, el jefe negociador comunitario, Michel Barnier; su homólogo británico, David Frost, y sus respectivos equipos tratarán de acercar posturas en las cuestiones más espinosas, como las garantías para asegurar una competencia justa entre las empresas del Reino Unido y de la UE o la pesca.
Londres y Bruselas también abordarán el comercio de bienes y servicios, la energía, la cooperación judicial o la gobernanza del futuro acuerdo.
Competencia o pesca, cuestiones espinosas
Respecto a la competencia justa, la UE quiere que Londres se comprometa a que sus regulaciones en áreas como las ayudas de Estado, los estándares sociales y laborales o la fiscalidad no diverjan excesivamente de las comunitarias cuando el Reino Unido tenga acceso al mercado europeo como país tercero.
Bruselas teme que una relajación de las reglas británicas en estas áreas, mientras el Reino Unido continúa intercambiando bienes y servicios con la UE vía un acuerdo de comercio, conlleve distorsiones en el mercado y en la competencia justa. El Gobierno británico, por contra, cree que esta cesión comprometería su soberanía.
En el capítulo pesquero, el objetivo final para el sector comunitario es mantener una relación con el Reino Unido que sea lo más parecida a la actual, mientras que Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas con los países del bloque.
El portavoz comunitario Daniel Ferrie no quiso pronunciarse este martes sobre el desarrollo de las negociaciones y se limitó a afirmar que las conversaciones comenzaron por la mañana y que no informará sobre ellas antes de que concluyan el viernes.
La semana pasada había dicho que, "como ha sido el caso en los últimos cuatro años", Barnier "no es ni optimista ni pesimista, pero está decidido a alcanzar un acuerdo". Las dos partes aseguran que comparten la meta de que el acuerdo esté listo para finales de octubre, con vistas a dejar margen para la ratificación parlamentaria tanto en la Unión Europea como en el Reino Unido.
El objetivo es que el pacto que regule las relaciones futuras entre en vigor el 1 de enero, fecha en la que concluye el periodo de transición actual y el Reino Unido se desvinculará definitivamente de todas las estructuras y legislación comunitarias.
El espinoso asunto de la frontera irlandesa
Sobre la nueva ronda planea también la polémica propuesta legislativa británica que modifica partes del acuerdo de retirada del Reino Unido de la Unión Europea, en particular, los aspectos relativos a la frontera irlandesa.
El lunes, los dos líderes del comité conjunto encargado de supervisar la implementación del pacto de salida, el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic y el ministro del Gabinete del Reino Unido, Michael Gove, se reunieron para abordar el plan británico.
"Una recuperación total de la confianza se produciría en el caso de que el Gobierno británico retirase la parte polémica de la legislación", explicó Sefcovic en una rueda de prensa. Aunque la UE había dado a Londres hasta finales de septiembre para retirar la propuesta, Sefcovic afirmó que Bruselas "está dispuesta a trabajar duro con el Reino Unido" sobre este asunto "en los próximos días y semanas" y dijo que ha solicitado que el comité especializado en el capítulo irlandés del acuerdo mantenga una reunión "a principios de octubre como muy tarde".
También pidió que el protocolo sobre Irlanda "no sea una pieza de cambio" en las negociaciones sobre la futura relación.