- La Comisión Europea reclamará a los Veintisiete estados miembro más acciones para revertir el problema del racismo "estructural" en la UE, al tiempo que vigilará el cumplimiento de la directiva de igualdad racial, según recoge la estrategia sobre racismo presentada ayer. "La propia Comisión Europea adaptará su política de contratación para reflejar mejor la sociedad europea", indicó la responsable europea para Valores y Transparencia, Vera Jourová.
Aunque la UE tiene un potente marco legal para combatir la discriminación, la xenofobia y el racismo, Bruselas considera que debe evaluar la normativa e identificar los "vacíos" existentes. De acuerdo a este plan, el Ejecutivo europeo elaborará un informe sobre el cumplimiento de la Directiva de Igualdad Racial el próximo año, a lo que le seguirá una legislación en 2022. De esta forma, la Comisión recoge el sentimiento de las protestas raciales surgidas en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd a manos de la Policía de Minnesota y que tuvieron su eco en Europa, incluyendo acciones que denunciaban el pasado colonial de países como Bélgica o Reino Unido. "No hay lugar para la discriminación racial en nuestras sociedades democráticas. Debemos tener la ambición de contar con unas sociedades antirracistas y con este plan de acción reconocemos que el racismo no solo se ejerce de manera individual sino estructural", señaló la comisaria de Igualdad, Helena Dalli.
Para ello, quiere garantizar la correcta transposición del marco de decisión para poner coto al racismo y la xenofobia en la Unión y amenaza con abrir procesos de infracción contra los estados miembros que incumplan la normativa europea. Bruselas exigirá mayor implicación a los Veintisiete para hacer frente a este problema. Para ello propondrá a las capitales que presenten sus planes nacionales contra el racismo y la discriminación racial antes de final de 2022, estos se basarán en las líneas que presente la Comisión el próximo año, que también hará labor de seguimiento entre los Veintisiete.
Nombrará un coordinador antirracista a nivel europeo para que abra un diálogo con los distintos actores de la UE con el fin de favorecer la inclusión racial y reforzar las políticas en este campo. Esta figura trabajará mano a mano con representantes de las minorías raciales y con los estados miembros, el Parlamento Europeo, la sociedad civil, la academia y la Comisión. Además, el propio Ejecutivo europeo se mira a sí mismo y propone "mejorar significativamente" la representatividad de los trabajadores de la Comisión con medidas enfocadas a un reclutamiento más inclusivo. Invita igualmente a otras instituciones comunitarias a sumarse a esta iniciativa e incluirse en la estrategia contra el racismo. La comisaria de Igualdad, Helena Dalli dijo que Bruselas animará a los países a adoptar planes nacionales en ese ámbito.
La Red europea contra el Racismo (ENAR según sus siglas en inglés) valoró el plan, pero opinó que debería prever acciones "más contundentes" y exigir "responsabilidad" a quienes incurran en conductas racistas. También calificó de "decepcionante" que el plan no incluya medidas específicas para abordar el racismo estructural y los obstáculos que afectan a los inmigrantes en Europa.