El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha advertido hoy de que todos los líderes europeos están "obligados" a llegar a un acuerdo en el Consejo Europeo que empieza este viernes y que tiene que decidir sobre el fondo de recuperación tras el coronavirus y el presupuesto plurianual.
A su llegada a esta cumbre, Sánchez ha considerado que el fondo que se apruebe debe servir para transforme las economías de la UE y haga que sean "mucho más resilientes, verdes, digitales e inclusivas".
Además ha subrayado que el paquete económico que se apruebe debe buscar la cohesión europea. No sólo territorial, también social.
Ha apuntado que España defenderá "lógicamente" los intereses nacionales en ámbitos como la agricultura, pero también su posición sobre cómo concibe la gobernanza del fondo de recuperación -el Gobierno español quiere que se reparta sobre todo en forma de subvenciones directas y no quiere duras condiciones ni vetos por parte de otros estados miembros-.
Pedro Sánchez ha señalado al llegar que éste es un Consejo "histórico" porque "inédita" es también la situación, con la pandemia más grave sufrida por la humanidad en los últimos cien años.
Y por eso ha insistido en que todos los líderes están convocados en Bruselas para conseguir un "buen acuerdo" para los europeos, que están sufriendo en primera persona las consecuencias del coronavirus. No sólo las sanitarias, también las económicas y sociales.
En esta declaración sin preguntas que ha hecho a su llegada como la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno -los medios de comunicación no pueden entrar en las dependencias del Consejo a causa de la COVID-19-, Sánchez ha subrayado su ánimo "constructivo" para poder llegar a un acuerdo.
Sánchez llega a esta cumbre tras una corta pero intensa gira en la que ha tratado de acercar posiciones con otros líderes europeos, incluidos los más reacios al fondo de recuperación.
Por eso esta semana ha estado con el primer ministro holandés, Mark Rutte, o con el sueco Stefan Löfven, jefes de gobierno de dos de los denominados países "frugales" -junto con Dinamarca y Austria-, que no quieren el fondo tal y como lo han planteado la Comisión y el Consejo -750.000 millones de euros, de los que 500.000 millones serían en ayudas directas- y que exigen un fuerte control sobre su uso.
También se ha visto con la canciller alemana, Angela Merkel -con un papel clave en esta cumbre al ostentar Alemania la Presidencia de turno de la UE- y con el presidente francés, Emmanuel Macron. Ambos comparten la posición de España sobre el fondo.
En las últimas semanas previas a la cumbre, Pedro Sánchez ha insistido en la necesidad de que la mayor parte del fondo se reparta en forma de subvención directa para acelerar la recuperación y ayudar a los países más afectados -entre los que se encuentra España- en esa pronta reconstrucción, de forma que no queden atrás.
Si eso ocurre, ha advertido el Gobierno español, el mercado único europeo se fragmentará, y entonces perderán todos, incluidos los frugales.
En Moncloa admiten que es complicado llegar a un acuerdo en esta cumbre, aunque insisten en lograrlo antes de que acabe julio, lo que obligaría a convocar otro Consejo si de éste no sale el consenso.