- Mario Centeno, presidente del Eurogrupo, ha enviado una carta a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, informándole sobre los resultados acordados la semana pasada por los ministros de Finanzas. Los líderes europeos analizarán su propuesta la próxima semana. Entretanto, el portugués ha advertido al belga de las diferentes visiones de las capitales europeas acerca de la respuesta a largo plazo de la UE a la tormenta económica que anticipa el covid-19. Unas apuestas por coronabonos y otras por el Marco Financiero Plurianual (MFP).

Los ministros de Finanzas se reunieron la semana pasada para abordar la respuesta europea al coronavirus a corto, medio y largo plazo. El Eurogrupo alcanzó in extremis un acuerdo de 500.000 millones de euros para paliar los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia a corto plazo. Los 27 jefes de Estado y de Gobierno recogerán el guante la próxima semana en una cumbre virtual donde tendrán que rubricar el pacto y acordar qué mecanismos emplearán para mostrar unidad y solidaridad en el largo plazo.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que abandera la línea dura más firme frente los frugales (Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia, los socios que apuestan por la austeridad), ha advertido este fin de semana de que vetará el acuerdo del Eurogrupo si del Consejo Europeo no sale una respuesta satisfactoria.

En este sentido, Centeno ha advertido a Michel de las divisiones entre las capitales europeas sobre los mecanismos financieros a emplear para minimizar el impacto del coronavirus ante una de las peores recesiones que se avecinan. “Algunos Estados miembros son de la visión de crear un mecanismo común de deuda, mientras que otros apuestan por soluciones alternativas, en particular en el marco del MFP”, reza la misiva.

La Comisión Europea y Alemania abanderan el escenario de ampliar el presupuesto comunitario para el periodo entre 2021 y 2027 como el instrumento para hacer frente a la recesión económica que se espera una vez pase la crisis sanitaria del covid-19.

“El presupuesto será nuestro Plan Marshall”, ha repetido en numerosas ocasiones Ursula von der Leyen, presidenta del Ejecutivo comunitario. Bruselas presentará su nueva propuesta a finales de este mes y las primeras filtraciones apuntan a un fuerte aumento del presupuesto que podría llegar hasta el 2% de la Renta Nacional Bruta (RNB) de la UE.

La UE estaba empantanada en cerrar sus cuentas para los próximos siete años, encadenando cumbres sucesivas sin acuerdo, cuando llegó el huracán del covid-19. En la mesa de negociación se encontraban varias propuestas: desde el 1% de la RNB defendida por los frugales, el 1,3% -la más ambiciosa- del Parlamento Europeo, pasando por el 1,074% del Consejo o el 1,11% de la Comisión. Traducido a términos nominales, cada 0,01% correspondería a unos 10.000 millones de euros. En este sentido, la elevación hasta el 2% supondría casi duplicar las cuentas. Aun así, las capitales más golpeadas por el coronavirus ven la propuesta insuficiente y defienden la mutualización de deuda.

Sin embargo, los coronabonos cuentan con mucha oposición. Especialmente por parte de Alemania, Países Bajos, Austria y Finlandia y parece un arma negociadora y utópica más que una realidad sobre la mesa.

España, que defiende su emisión, lo ha hecho con un tono relajado haciendo más énfasis en la necesidad de establecer un fondo de recuperación ambicioso al que evita poner etiquetas. La cumbre de la próxima semana sí tendrá que poner nombre y cifras a la respuesta financiera de la UE.