Atenas - La población de las islas griegas del Egeo se ha puesto en pie de guerra contra los planes del Gobierno de construir centros cerrados para migrantes y se han enfrentado a la Policía y levantando barricadas en Lesbos y Quíos para evitarlo.
Los enfrentamientos comenzaron la madrugada de ayer con la llegada a sendos puertos de dos ferris que transportaban maquinaria y operarios para las obras, escoltados por unos 200 agentes antidisturbios, camiones de policía y cañones de agua. Durante toda la mañana las movilizaciones continuaron, con el bloqueo en ambas islas de las carreteras de acceso a los terrenos seleccionados por el Gobierno griego para construir los nuevos centros.
Cientos de vecinos y autoridades locales se unieron para intentar bloquear el paso haciendo sentadas frente a los agentes, formando cadenas humanas y construyendo barricadas con camiones de basura, rocas y otros objetos. En respuesta, la Policía reprimió durante horas a los manifestantes con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras de luz, mientras que algunos vecinos respondieron lanzando piedras, cócteles molotov y cohetes pirotécnicos. A raíz de los enfrentamientos, las zonas forestales y de bajo matorral que rodean el área sufrieron algunos incendios, que fueron apagados con relativa rapidez.
Hacinamiento El Gobierno conservador griego pretende comenzar ya las obras para poder trasladar en verano a los refugiados a estos centros que, en teoría, tendrán una capacidad máxima de 20.000 personas, y cerrar los existentes. Actualmente más de 42.000 personas viven hacinadas en campos insalubres, diseñados para acoger a sólo 6.000 en las islas de Lesbos, Quíos, Samos, Leros y Kos.
El plan del gobernante Nueva Democracia para las 20.000 personas sobrantes es devolverlas a Turquía o trasladarlas al continente, pero los vecinos temen, por los escasos traslados realizados hasta ahora, que la congestión en las islas alcance niveles históricos. Entre los manifestantes que formaron una cadena humana en Lesbos estaban el gobernador del Egeo del Norte, Kostas Muntsuris, y el alcalde de Lesbos Occidental. - Efe