Atenas - Miles de griegos se manifestaron ayer con motivo de una huelga de 24 horas contra la reforma de pensiones del Gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis, que a primera hora provocó un colapso total del tráfico en Atenas. La ley, que ha afectado sobre todo a los medios de transporte, prevé mejoras de ingresos para algunas categorías de jubilados pero, a juicio de los sindicatos, empeora las de la mayoría.
Hombres mayores con bastón, niñas aupadas a hombros o jóvenes con sus mascotas se mezclaron con los miles de griegos de todas las edades y de un variado espectro político que se unieron en el centro de Atenas para defender el futuro de las pensiones. El sindicato de actores dio vida a la marcha con una actuación frente al Parlamento, en la que una bailarina mezcló la danza moderna con gritos de desesperación, acompañada de varios percusionistas.
“Tanto para mí, que ya llevo varios años trabajando, como para mis hijos que buscan trabajo, la reforma significa la desaparición del sistema público de seguridad social. Ni salud, ni pensión. No hay pensión garantizada, sino una cuantía mínima de alrededor de 300 euros que va disminuyendo. La edad de jubilación ha pasado de los 60 años, 55 para las mujeres, a los 67 y va hacia los 70”, se lamentaba Rania Papayeoryiu, una funcionaria de 56 años en declaraciones a Efe. Con ello aludía a los planes del Gobierno conservador de introducir un sistema por el que los trabajadores y autónomos deberán contratar seguros de pensiones individuales, adicionales a su seguro público, algo que los sindicatos han calificado como la privatización de la seguridad social.
Para Iason Adrianós, licenciado en Historia pero forzado a trabajar como camarero, las reformas que se están llevando a cabo en los últimos años dejan sin perspectiva a los jóvenes.
La huelga afectó principalmente a los medios de transporte, donde la participación fue total, lo que las primeras horas de la jornada llevó en Atenas al colapso total del tráfico. Los sindicatos acusan al Gobierno de no haber cumplido su promesa electoral de eliminar la reforma de pensiones aprobada durante el Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras y de condenar a los jubilados “a pensiones de hambre para siempre”. Aunque la reforma prevé algunos incrementos en las pensiones de los que han cotizado más de 30 años, los sindicatos sostienen que no compensan los tijeretazos de entre el 20 % y el 60 % que sufrieron los jubilados durante la crisis.
reducción de cotizaciones La reforma reduce las cotizaciones de los empresarios a la caja de pensiones, como también las de los autónomos con ingresos medios y altos, lo que es una minoría en Grecia, donde en torno al 80% de los autónomos declaran cobrar menos de 15.000 euros al año.
La reforma aplicada durante el Gobierno de Tsipras, conocida como ley Katrúgalos por el nombre del ministro de Trabajo, fusionó las distintas cajas en una y redujo las pensiones más altas. Al mismo tiempo, introdujo un sistema de cálculo que favorecía a los que jubilados con ingresos bajos.
Mientras se debate la enésima reforma en el Parlamento, queda por ver si el Gobierno podrá aplicarla, porque el Tribunal Supremo Administrativo está deliberando una demanda colectiva de pensionistas contra los tijeretazos de sus pensiones en los años de la crisis.
El dictamen del tribunal se espera para comienzos del verano y se estima que puede considerar una serie de recortes anticonstitucionales, lo que supondría un gasto, no presupuestado, de entre 4.000 y 16.000 millones de euros.