Bruselas - “No es una cuestión de veto [sino] de procedimiento”, señaló ayer martes Amélie de Montachalin, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores francesa, a su llegada al Consejo de Asuntos Generales en Luxemburgo. Los Veintiocho vuelven debatir el inicio de las conversaciones de adhesiones a Albania y Macedonia del Norte divididos. París se resiste, Ámsterdam bloquea solo el camino de Tirana y algunos países no están dispuestos a separar el proceso de los dos países. Debería haber sido en junio, pero se pospuso a octubre. Y quizás tampoco esta semana tampoco sea el momento en la que Albania y Macedonia del Norte vean el inicio de sus conversaciones de adhesión a la UE. Hace unos días, en un inusual movimiento, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, Ursula von der Leyen, futura presidenta del Ejecutivo comunitario, y David Sassoli, presidente del Parlamento, enviaron una carta conjunta a las capitales europeas con un mensaje claro: “El momento de abrir las conversaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte es ahora”. Pero no parece que los ministros de Asuntos Europeos den luz verde al proceso, que debería ser ratificado el próximo jueves por los 28 líderes de Estado y de Gobierno reunidos en la cumbre europea de otoño.
El bloqueo de Francia es el principal escollo. “No es una cuestión de veto”, señalaba Amélie de Montachalin, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores francesa, a su llegada al encuentro. La gala advertía de que “debe revisarse el proceso de adhesión en profundidad” porque es “frustrante” y “no da certezas y garantías”.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, no ha ocultado nunca sus reservas a la ampliación de la Unión Europea, alegando que en los momentos convulsos que vive el bloque comunitario con algunos de sus países en deriva autoritaria, la UE tiene que ordenar la casa antes de invitar a alguien. - Aquí Europa