Londres - Más de 150.000 turistas del Reino Unido empezaron desde ayer a ser trasladados al Reino Unido en la mayor labor de repatriación en este país desde la II Guerra Mundial, tras verse afectados por la quiebra del gigante Thomas Cook. Poniendo fin a 178 años de historia en el sector, el touroperador británico, uno de los más antiguos del mundo, entró en suspensión de pagos de madrugada al no obtener los fondos adicionales de 200 millones de libras (227 millones de euros) que le exigían los bancos -como el RBS y el Lloyds- para afrontar los meses de invierno.
Peter Fankhauser, el consejero delegado del grupo, pidió disculpas “a los millones de clientes y a los miles de trabajadores” afectados por la liquidación de la compañía, que llevaba años padeciendo estragos financieros.
Elementos como el Brexit, una deuda millonaria que lo lastraba desde hace años, su incapacidad para renovarse y competir con sus rivales online y otros factores geopolíticos han ido empujando a esta empresa hacia su colapso, afectando a 22.000 empleados, de los que 9.000 son británicos. Las peticiones de los sindicatos urgiendo al Ejecutivo a intervenir en ayuda del grupo han caído en saco roto y una portavoz de Downing Street defendió ayer que “un rescate no habría supuesto un buen uso del dinero del contribuyente”. La misma portavoz recordó asimismo que “no es papel del Gobierno respaldar a compañías cuando surgen estos problemas”.
Pero además, muchos de los afectados en este país lamentan haber tirado por la borda miles de libras en reservas por anticipado con este operador para celebrar vacaciones futuras o enlaces matrimoniales.
Con la quiebra, según anunció ayer en un comunicado la Autoridad de Aviación Civil (CAA) del Reino Unido, “todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas”. La CAA, junto con el Gobierno, ha comenzado ya las tareas de repatriación de los turistas que aguardan repartidos por distintos puntos del globo, entre ellos en once destinos españoles. - Efe