Vila de Rei - Portugal continuaba ayer trabajando con la meteorología en contra para extinguir el incendio declarado el sábado en Vila de Rei, en el centro del país, que se extendió al municipio vecino de Mação y se ha convertido en el más complicado de este verano. A pesar de que Protección Civil daba por controlado el 8 % del área del fuego, cuyo perímetro supera los 50 kilómetros, la preocupación se mantenía ante el empeoramiento de las condiciones meteorológicas a lo largo del día, que dificultaron las labores de extinción.

“Nos espera un intenso trabajo”, señaló el comandante Luís Belo Costa en rueda de prensa, que lamentó el aumento de las temperaturas y el cambio de la dirección del viento, que soplaba hacia el sudoeste y complicaba la situación. Cerca de 800 bomberos participan en las labores de extinción del fuego, en el que además trabajan casi una quincena de medios aéreos. La virulencia de las llamas hizo que el fuego de Vila de Rei se extendiese hasta Mação, donde “la situación es complicada, con muchas reactivaciones”, según explicó en declaraciones el alcalde, Vasco Estrela. El fuego ya ha arrasado casi 3.000 hectáreas en este municipio, avanzó Estrela, que explicó que en total afecta a 11 aldeas. Las autoridades no han ofrecido todavía cifras oficiales del alcance total del incendio, pero el Laboratorio de Fuegos de la Universidad de Trás-os-Montes calcula, según medios locales, que ya ha arrasado 8.500 hectáreas. En Sarnadas, una de las aldeas de Mação afectadas por el incendio, los bomberos eran ayudados en la extinción por los vecinos, que se quejaban de la tardanza en llegar a la zona de los medios aéreos. “Antes apagábamos los fuegos los vecinos y ahora, con tantos medios, los fuegos no se apagan”, dijo una vecina, Lourdes, mientras llenaba cubos de agua en una fuente municipal, que aseguró que los aviones llegaron cuando las llamas estaban casi en su casa.

El de Vila de Rei es sólo uno de los cinco incendios que se declararon el sábado en el distrito de Castelo Branco, con otros cuatro fuegos en la vecina Sertã que fueron controlados a lo largo del sábado y de la madrugada del domingo. Las llamas en Vila de Rei, Mação y Sertã llevaron al desalojo de varias aldeas y causaron un total de 20 heridos, ocho bomberos y doce civiles, de los cuales sólo uno de ellos es grave, un civil que fue trasladado a la unidad de quemados de un hospital de Lisboa.

Mientras los bomberos continúan con las labores de extinción, las autoridades empezaron a investigar las causas de los fuegos, para las que no descartan la participación humana. En ese sentido, el ministro de Administración Interna de Portugal, Eduardo Cabrita, señaló que hay una “extrañeza” entre las autoridades porque varios de los incendios declarados el sábado empezaron casi al mismo tiempo en locales muy próximos. Además, la Policía Judicial portuguesa anunció que detuvo a un hombre de 55 años sospechoso de iniciar un fuego cerca de la ciudad de Castelo Branco, aunque la “rápida intervención” de los bomberos en este caso impidió que la situación alcanzase proporciones mayores.

La ayuda para controlar el incendio está llegando también de fuera de sus fronteras, ya que la Unión Europea está produciendo mapas satélite de los incendios a través del programa Copernicus, según informó el comisario europeo para la Ayuda Humanitaria y la Gestión de Crisis, Christos Stylianides. Ayer había otros 18 fuegos rurales de menores dimensiones por todo el país, cuatro de ellos activos.

El humo generado por los incendios forestales de Portugal unido a las condiciones atmosféricas generó ayer un “nube” que cubrió buena parte de Extremadura y que en sitios donde ha sido más densa, como las Vegas Guadiana (Badajoz), provocó un descenso de temperatura de hasta cuatro grados. Así lo explicó el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Marcelino Núñez. - Efe