París - La celebración este domingo de la fiesta francesa del 14 de julio sobrepasó sus fronteras con un claro carácter europeo al contar con los otros nueve países con los que Francia impulsa la fuerza militar de actuación rápida.
El majestuoso desfile en la avenida de los Campos Elíseos de París dio así un impulso a la llamada Iniciativa de Intervención Europea (IEI), rubricada en 2018 y con la que el presidente francés, Emmanuel Macron, quiere fomentar una cultura defensiva común que posibilite reaccionar militarmente ante cualquier emergencia.
Fuerzas de Alemania, el Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Holanda y Portugal, los otros países que la respaldan, se sumaron ayer a las de Francia en una exhibición que contó en total con unos 4.300 militares, 196 vehículos, 237 caballos, 69 aviones y 39 helicópteros.
Su presencia en la capital francesa “es un buen símbolo de la Europa de la Defensa que estamos construyendo”, señaló el sábado el presidente francés, Emmanuel Macron, que insistió en que actuar juntos en materia defensiva, añadió entonces ante las Fuerzas Armadas francesas, no supone “rebajar la soberanía nacional ni renunciar a la Alianza Atlántica”.
Lo que se busca es poder movilizar a países con la capacidad militar y la voluntad política de intervenir de forma coordinada y rápida en crisis de seguridad, desastres humanitarios o catástrofes naturales, con la intención no de duplicar el trabajo de la Unión Europea ni de la OTAN, sino de complementarlo.
Una coordinación que Francia cree que promueve la credibilidad militar de Europa y refuerza su autonomía estratégica, y que este domingo puso en evidencia su potencial con esas tropas de los países participantes, entre los que por parte del Ejército español desfilaron por primera vez militares de la Armada, y el Ejército de Tierra y del Aire. En la tribuna estuvieron además mandatarios como la canciller alemana, Angela Merkel, el número dos del Ejecutivo británico, David Lidington, o la ministra española de Defensa, Margarita Robles.
Abucheos y silbidos El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, o el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fueron otros de los invitados a esta conmemoración de la toma de la Bastilla en 1789, que tiene como colofón una comida en el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia gala. La celebración había comenzado con el pase de revista a las tropas a bordo de un vehículo militar y a pie por parte de Macron, que fue recibido con abucheos y silbidos esporádicos por algunos ciudadanos en un momento en que todavía sigue viva en el país la protesta de los chalecos amarillos.
“Este 14 de julio es la ocasión adecuada para mostrar que Francia trabaja con sus socios europeos”, indicó ayer en el diario Le Parisien la ministra francesa de Defensa, Florence Parly.
Comando del espacio A los anfitriones, el día les ofreció igualmente la posibilidad de enseñar las últimas tecnologías disponibles para sus tropas, como drones, robots o un flyboard, plataforma voladora en la que un soldado puede alcanzar los 190 kilómetros por hora con una autonomía de cerca de diez minutos.
Francia ya dejó clara ayer su voluntad de colocar su Ejército en la vanguardia de la innovación con el anuncio de la creación este próximo septiembre de un “gran comando del espacio” integrado en el Ejército del Aire.
Ese nuevo cuerpo tendrá su base en Toulouse, según anunció este domingo Parly, y aspira a reforzar los intereses franceses más allá incluso de la exosfera, con un refuerzo de su conocimiento de la situación espacial y una mejor protección de sus satélites.
Más de 150 detenidos. La Policía francesa detuvo ayer a 152 personas en París durante los actos de celebración de la fiesta nacional. La mayoría fue arrestada por participar en una manifestación no autorizada. También hubo detenciones por violencia contra la autoridad, destrozo de bienes públicos o posesión de armas. Dos de los detenidos son Jérôme Rodrigues y Éric Drouet, figuras destacadas del movimiento contestatario de los ‘chalecos amarillos’. La situación fue especialmente tensa al inicio de la conmemoración en la avenida de los Campos Elíseos, donde algunas personas recibieron con pitidos y abucheos al presidente Emmanuel Macron.