París - Francia presentó ayer el primero de los seis ejemplares de su nueva generación de submarinos nucleares de ataque (SNA), más discretos y polivalentes que sus predecesores y capaces de lanzar misiles de crucero naval contra objetivos terrestres a más de 1.000 kilómetros de distancia.
El estreno en sociedad de ese primer sumergible, bautizado Suffren, constituye la última etapa antes del inicio de la fase de pruebas, primero en la costa de Cherburgo -localidad del oeste del país donde se ha construido-, después en Brest para que efectúe sus primeras inmersiones y finalmente en Tolón (sureste), su futura base. Su entrega a la Marina Nacional francesa tendrá lugar en el año 2020.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la ministra de Defensa, Florence Parly, participaron en la inauguración de ese caza marino, que se enmarca en el programa Barracuda, destinado a sustituir de aquí a 2030 los seis submarinos de tipo Rubis actualmente en servicio y cuyo coste ha rondado los 9.100 millones de euros. Su lanzamiento “hace entrar a nuestras fuerzas submarinas en una nueva era”, recalcó el jefe de Estado en Cherburgo.
Los SNA deben su calificación de submarino nuclear al hecho de estar propulsados por un reactor nuclear compacto, pero no llevan misiles nucleares.
Las nuevas tecnologías han optimizado su velocidad y su capacidad de escucha con nuevas antenas de detección acústica.
El periscopio de ejemplares anteriores ha sido sustituido además por un sistema de visión optrónica, más discreto y menos vulnerable. El Suffren, dijo Macron, es fruto de “diez años de estudio y de desarrollo, doce años de montaje, ocho millones de horas de trabajo, 10.000 personas implicadas, 400 oficios y competencias diferentes, 750.000 piezas montadas y 160 kilómetros de cable”. Una “proeza industrial y tecnológica” con la que -comparados con los submarinos de tipo Rubis- Francia pasa “de los 2CV a la Fórmula Uno”, indicó en el diario Les Échos, Vincent Martinot-Lagarde, director del programa Barracuda en el astillero Naval Group.
Su misión, según precisa el Ministerio de Defensa, es principalmente proteger buques como el portaviones Charles de Gaulle, localizar submarinos enemigos y recabar información lo más cerca posible de costas enemigas.
Francia ha vendido ya doce submarinos de tipo Barracuda a Australia, pero en una versión no nuclear, sino dotados con una propulsión diésel-eléctrica. - Efe