Roma - La reunión que mantuvieron anoche los socios del Gobierno de Italia tras la decisión del primer ministro, Giuseppe Conte, de acoger a una decena de migrantes del barco de la ONG Sea Watch, escenificó el pulso que mantiene el ministro de Interior y líder de la Liga, Matteo Salvini, con su propio Ejecutivo.

El acuerdo de ocho países europeos, entre ellos Italia, para acoger a los 49 migrantes rescatados por las ONG Sea Watch y Sea Eye que durante casi tres semanas esperaron poder desembarcar, llegó mientras Salvini se encontraba en Varsovia y sin su autorización. Ante ello, reaccionó con un monumental enfado y convocó una reunión de madrugada con Conte y su socio en el Gobierno, el líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio, para abordar el tema.

Ya en las horas anteriores a la autorización de Malta a hacer llegar a los migrantes, el presidente del Gobierno italiano había desautorizado a Salvini afirmando que iría incluso a recoger a los migrantes con un avión. “Yo no me rindo”, escribía en Twitter Salvini a las 23.00 horas de la noche antes de entrar en la sede del Gobierno.

Tras la reunión, que concluyó a la 1.00 hora de la madrugada, fuentes del Gobierno emitieron un comunicado en el que se aseguraba que había habido un acuerdo y que Italia “mantenía su compromiso a acoger a los niños y mujeres (del Sea Watch) y sin dividir a las familias”.

Apuntaba la nota que de estas “poco más de diez personas” se ocupará la Iglesia evangélica Valdense, una manera de contentar a Salvini que ha exigido que el Estado no se ocupase económicamente de ellas. Asimismo, se adelantaba que Conte pediría un encuentro con el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos. - Cristina Cabrejas