Irun - La de ayer era una jornada marcada en rojo por los manifestantes franceses. La gran movilización de los chalecos amarillos tuvo su efecto colateral en las carreteras guipuzcoanas, donde en su momento más álgido se registraron hasta 7 kilómetros de retenciones. Los problemas comenzaron para las 9.30 horas, cuando decenas de personas, ataviadas con los ya característicos chalecos fosforescentes, tomaron el peaje de Biriatu, bloqueando en paso a los vehículos pesados y permitiendo el paso a los ligeros.
Así las cosas, las colas fueron aumentando conforme avanzaba la mañana, si bien la situación se agravó a partir de las 10.45 horas. En ese momento y, por primera vez durante esta protesta, los chalecos amarillos tomaron también el puente internacional de Behobia, complicando sobremanera el tráfico. Según informó el Departamento vasco de Seguridad, a partir de ese momento se cortó el paso a vehículos en la rotonda del lado francés del puente. Los camiones fueron formando una hilera en el carril derecho de la autopista que a las 13.00 horas llegaba a los siete kilómetros, mientras el carril izquierdo quedaba libre para el tránsito de turismos y autobuses.
“Parece que están dejando libre el tránsito de personas, bloqueando solo el de mercancías”, declaró a este periódico, sobre las 14.00 horas, uno de los agentes de la Ertzaintza apostados en la rotonda de Behobia, que trataban de gestionar el tráfico de turismos hacia Francia a través del puente internacional. Sin embargo, el acceso al país galo a través de este punto era “intermitente” incluso para los vehículos ligeros.
Al otro lado de la muga, alrededor de una quincena de chalecos amarillos protestaban por las políticas del presidente Macron. “Ya no nos vale con el paso atrás del impuesto a los combustibles”, afirmó uno de los manifestantes.
Unas movilizaciones que, según destacaron los manifestantes, se desarrollaron en un clima pacífico, a excepción de alguna discusión puntual con los transportistas implicados en los atascos. - J.Gezala