La primera ministra británica, Theresa May, indicó ayer que está negociando con sus diputados concesiones de última hora sobre su polémico pacto del Brexit con el fin de evitar, o al menos reducir, la escala de la derrota cuando sea votado el próximo martes.
Tanto May como el ministro de Economía, Philip Hammond, su principal aliado en el Gobierno, subrayaron que el pacto consensuado con Bruselas, que regula la salida de la Unión Europea (UE) y define la futura relación bilateral, “es el mejor y único posible”, tal como también mantiene la Unión. En declaraciones a la BBC, la líder conservadora reveló que analiza con sus diputados que el Parlamento tenga un mayor papel a la hora de aplicar la cláusula de seguridad para la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, el aspecto más criticado del tratado aprobado por los Veintisiete el pasado 25 de noviembre.
“Reconozco que existe inquietud entre los colegas sobre el papel del Parlamento, sobre la soberanía del Reino Unido en este asunto, así que estoy hablando con ellos sobre cómo podría el Parlamento tener un mayor papel para meternos y salir de eso (la cláusula)”, afirmó.
Según el acuerdo de salida, si al final del periodo de transición, el 31 de diciembre de 2020, no hay acuerdo comercial bilateral, se aplicaría la salvaguarda, a no ser que el Gobierno británico y la UE acordaran prorrogar el periodo de transición.
La oferta de May sería que el Parlamento británico pudiera decidir cuál de estas dos opciones se elige.
La cláusula, que pretende evitar una frontera física en la isla de Irlanda, situaría al Reino Unido en una unión aduanera de forma indefinida con un estatus especial para Irlanda del Norte, lo que hace temer por la integridad territorial del país.
Los medios británicos apuntan que, aunque algunos diputados se sintieran persuadidos por la medida, no está claro que la UE accediera a cambiar los términos del pacto.
Al abrir la tercera jornada de debate en la Cámara de los Comunes, Hammond dijo por su parte que es “ilusorio” pensar que el acuerdo de Brexit se puede renegociar a última hora, como quieren algunos sectores.
El llamado canciller del Exchequer insistió en que el acuerdo propuesto cumple con el mandato del referéndum de 2016 de salir de la UE pero al mismo tiempo “mantiene vínculos” con el bloque comunitario que serán beneficiosos para la economía. Este acuerdo “de compromiso” permitirá “unir a la nación” después de que el Brexit se ejecute el próximo 29 de marzo, dijo, y advirtió de que “las naciones divididas no son prósperas”.
May, que carece de mayoría absoluta en los Comunes, trata estos días de recabar apoyos para el documento ante la posibilidad de que sea rechazado la semana que viene, lo que abriría una crisis política de consecuencias impredecibles. Sus socios parlamentarios del Partido Democrático Unionista (DUP) norirlandés advirtieron ayer de que retirarán su respaldo al Gobierno si persiste en presentar al Parlamento el pacto en su forma actual. No obstante, el DUP matizó que seguiría apuntalando a la primera ministra si, ante el fracaso del acuerdo, la oposición laborista decidiera impulsar una moción de censura.
Si el pacto es rechazado el martes, May tendría que plantear en un plazo de 21 días planes alternativos. Algunos parlamentarios presionan para extender el plazo de negociación con la UE para obtener un acuerdo diferente, mientras que otros prefieren salir sin acuerdo o que se convoque un segundo referéndum, algo a lo que la líder conservadora hasta ahora se ha negado.
Revocación El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitirá el próximo lunes 10 de diciembre su sentencia sobre si el Reino Unido tiene la capacidad de revocar el Brexit de forma unilateral, después de que un abogado general de la UE le recomendara este martes determinar que sí puede hacerlo. La corte anunció en su perfil en la red social Twitter la fecha de la sentencia de este caso, que comenzó en el tribunal europeo hace apenas dos semanas con una vista para oír los argumentos de las partes.