El estilo campestre se está colando en muchas casas por su ambiente relajado, su luminosidad y la sensación de tranquilidad que transmite. Con la llegada de la primavera, momento en que siempre apetece dar un aire más fresco a la decoración, aprovechamos para echar un vistazo a las tendencias decorativas, y el denominado nuevo rústico es uno de los estilos más repetidos. Vamos a repasar algunas de sus claves para aprender a adaptarlo al hogar.
* Luz natural. Es una de las características más buscadas hoy en día: que la luz del sol entre a raudales. Una buena orientación de la vivienda es fundamental, pero también hay otras soluciones, como tirar alguna pared para lograr espacios diáfanos o abrir ventanas que comuniquen cocina y salón, de modo que la luz no tenga ningún obstáculo para llegar a todos los rincones.
El nuevo rústico se adapta perfectamente a estilos más actuales, y para prueba, esta imagen de Muy Mucho con una escalera moderna y un sofá con base de madera.
* Materiales nobles. La madera es el material por excelencia a la hora de hablar del estilo rústico, pero esta vez dejamos de lado los muebles clásicos en tonos oscuros, que resultan recargantes y pesados, y optamos por versiones más claras y luminosas, con la madera en tono natural o en tonos blancos. La restauración y el reciclaje son opciones estupendas para aprovechar el mobiliario que ya se tiene, y para darles ese cambio se puede o bien encargar a un profesional o animarse con un DIY (do it yourself).
Este recibidor, con su bancada de mimbre, su perchero de madera y su colección de cuadros de flores es sencillo pero muy práctico. Es de La Redoute.
* Fibras naturales. En los textiles -cojines, mantas...- predominan los tejidos naturales como el algodón, y en los complementos -alfombras, taburetes, bancos, lámparas...- las fibras como la rafia, el mimbre, el ratán y el bambú se encargan de dar ese aspecto rústico que buscamos.
* Piezas especiales. Para conseguir un ambiente personal es importante buscar algunas piezas especiales, con alma, como una cómoda heredada, un sillón comprado en un mercadillo de antigüedades, unos cuadros que tengan su historia detrás... Además, los arreglos florales -ya sea con flores frescas o preservadas- también pueden dar juego. ¿Cómo? Con un centro hermoso sobre una mesa, con una colección de ramilletes colocados en diferentes jarroncitos de cerámica, con una corona en la parte interior de la puerta... Se trata de dar personalidad y carácter al hogar.
* Colores claros. Las paredes y techos en blanco marcan tendencia, entre otras cosas porque tienen la capacidad de reflejar la luz y dar luminosidad a la habitación. En cuanto a los detalles decorativos, muchas veces las tendencias nos animan a arriesgar con colores atrevidos y chillones, pero esta vez el blanco y el beige son los que mandan. Pueden parecer algo aburridos a priori, pero si lo que se pretende es lograr una estancia relajada, que transmita paz y serenidad, nada mejor que los tonos claros.