madrid - “Somos la resistencia contra el sistema y no nos esconderemos”. Con estas palabras El Profesor sentencia la vuelta de la banda de monos rojos y caretas de Dalí en la tercera temporada de La casa de papel. La serie vuelve a colarse, a partir de hoy, en la pequeña pantalla de 190 países a través de Netflix, y es que la banda más internacional de Álex Pina (director) está dispuesta a dar más “jarana” que nunca. El Profesor (Álvaro Morte), Tokio (Úrsula Corberó), Nairobi (Alba Flores), Denver (Jaime Lorente), Mónica Gaztambide reconvertida en Estocolmo (Esther Acebo), Helsinki (Darko Peric) y Raquel Murillo, ahora Lisboa (Itziar Ituño), a los que se unirán el Ingeniero (Rodrigo de la Serna), Bogotá (Hovik Keuchkerian) y Marsella (Luka Peros) llevarán a cabo una operación casi suicida para salvar a Río (Miguel Herrán), que ha sido secuestrado. “La Policía ha detenido a uno de los nuestros y lo retiene en paradero desconocido. No teníamos intención de volver, pero nos vemos obligados a reaccionar y lo vamos a hacer a lo grande”, explica El Profesor en un vídeo promocional.
“La banda en esta ocasión no va a atracar por dinero, sino por salvar a uno de los suyos, al que están torturando, y para hacer justicia”, explica Sara Solomando, responsable de comunicación de Vancouver Media, una de las productoras. Meses después de echar el cierre en Antena 3, donde se emitieron las dos primeras temporadas, llegó a Netflix, donde se convirtió en la serie de habla no inglesa más vista. Tal fue la repercusión y la locura por la banda de atracadores que les llevó a ganar el año pasado el Emmy internacional a mejor serie dramática. De ahí que esta tercera temporada tenga un sabor más internacional. Además, para adaptarse al ritmo y la duración que imponen ahora las series de fuera de España, los episodios van a tener una duración aproximada de 50 minutos, según explica Solomando. “Con las temporadas anteriores, lo que ha hecho Netflix en el resto del mundo ha sido cortarlos para que no duraran una hora, ya que no hay costumbre de ver capítulos tan largos. Por lo que, si ambas temporadas tenían entre 6 y 8 capítulos en España, en el resto del mundo tendrán 12 y 16”, añade. Al ser capítulos más cortos hay un cambio de ritmo trepidante con respecto a las dos temporadas anteriores, por lo que tendrán una mayor cantidad de acción concentrada. Lo que sí mantiene su director es la narración de la historia a través del personaje de Úrsula Corberó, “ya que, según avanzas en la historia, te das cuenta de que es la que lleva el peso de la acción por lo que tenía que ser la portavoz de esa resistencia”, aclara.
matriarcado “Me llamo Tokio, ¿se acuerdan de mí?”, sentencia la actriz al comienzo del primer episodio. El feminismo seguirá muy presente. De “comienza el matriarcado” -frase con la que el personaje de Alba Flores se convirtió en un icono feminista en todo el mundo- al reivindicativo discurso del personaje de Esther Acebo, que reclama el sitio de la mujer en espacios que normalmente no ocupa. Para que la banda con pseudónimos de ciudades y caretas de Dalí pueda colarse en las pantallas de miles de personas, la serie será traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués y turco; además de subtitulada en 28 idiomas. La casa de papel ya tiene una cuarta temporada en la guantera que no llegará hasta 2020, de la que ahora mismo se están escribiendo algunos capítulos y rodando parte de otros en los platós de Madrid y en exteriores de la ciudad.