MADRID - Reconoce que cuando comenzó a trabajar con Tanttaka se dio cuenta de que había un oficio maravilloso y que él desconocía, pero tuvo claro que se dedicaría al mundo de la interpretación. Iñaki Font está feliz de su decisión.
Hablemos de Joseba Otxoa, su personaje en ‘Presunto culpable’. ¿Cómo le ve usted?
-Es un tipo que no ha salido mucho del pueblo, ha estado seis años en la cárcel. Había sido pelotari, un pelotari con mucho talento y se ganaba muy bien la vida.
Y acaba cruzándose con la realidad política, ¿no?
-Sí. Se empieza a pringar en el mundo de la política y, sin saber muy bien cómo, se ve metido en ETA y acaba en la cárcel. Está seis años y cuando sale siente que su mundo ha cambiado.
Ha trabajado en muchas series estatales y muy poco en Euskadi, parece que profeta en su tierra no ha sido.
-Cuando aposté por esta profesión me vine a Madrid. También es verdad que nunca me he planteado si he trabajado poco o mucho en Euskadi. Vivo en Madrid y puede ser que por ello me llamen para producciones que se hacen fuera de Euskadi. Pero sí he estado en esta Presunto culpable y en la de La víctima número 8.
Es de los pocos actores vascos de su generación que no ha pasado por Goenkale.
-Esa serie fue una cuna de muchos actores. Fíjate el tiempo que estuvo funcionando, está claro que por allí pasó todo quisqui, menos yo.
¿Por qué se fue a Madrid?
-Es una decisión que tomo en un momento dado y que me ha funcionado. Conozco a gente que vive en Euskadi y que se gana bien la vida allí trabajando de actor. Pensé que si me quedaba allí iba a acceder a menos trabajos. Yo vine a Madrid, no porque me gustara más que San Sebastián, porque aquí estaban las oportunidades a nivel más grande.
¿No vio salidas en el mercado vasco de la interpretación?
-Ahí tenemos la tele autonómica que hace cosas, pero en Madrid está el resto.
¿Cómo comenzó en el mundo de la interpretación?
-Estuve durante mucho como técnico de teatro con la compañía Tanttaka, así comencé, y así conocí el mundo de la interpretación. Vi mucho teatro, viaje a muchos lugares con el grupo y decidí ser actor. Durante el tiempo que estuve trabajando como técnico, me di cuenta que uno se podía ganar la vida siendo actor y no era necesario que fueras conocido.
¿No quería que le conocieran?
-No conocía mucho el mundo de la interpretación, en mi familia no había nadie que hubiera sido actor y la referencia que tenía era bastante lejana. Cuando comencé a trabajar con Tan-ttaka me di cuenta que había un oficio maravilloso y que yo desconocía.
¿Actor?
-Exacto. Se hicieron giras con enorme éxito, me acuerdo de El florido pensil. Giramos mucho con ella, hacíamos bolos de 24 días al mes, algo impensable ahora. Oía a los actores que las giras resultaban duras y a mí me entraba la risa; cuando ellos llegaban, yo llevaba ocho horas trabajando y mientras ellos trabajaban, yo también lo hacía porque tenía que poner los efectos de sonidos y cuando terminaban, había que desmontarlo todo.
Vamos, se hizo actor porque era más descansado que ser técnico.
-Ja, ja, ja? No solo por eso. Está claro que me gustaba y decidí que también quería vivir un poco mejor.
Y poder quejarse de la dureza de las giras, ¿no?
-No me he quejado nunca de lo duro que es ser actor.
¿Considera dura la profesión?
-Lo es en algunos sentidos, supongo que como lo son todas. Descubrí muchas cosas y me fui enamorando del oficio y decidí irme a Madrid a estudiar. Estuve en una escuela de teatro y de interpretación y comencé a trabajar muy pronto.
¿Tiene algún otro proyecto entre manos?
-Sí, varios, algunos están todavía en el aire y no puedo hablar de ellos. Pero me han pasado cosas muy interesantes.
¿Por ejemplo?
-Que el año pasado estuve a punto de hacer el protagonista de la cuarta temporada de Narcos.
¡Vaya!
-Quedé finalista en el casting. Hice cinco pruebas?
¿Estuvo en Los Ángeles?
-Tuve que grabar unos vídeos en mi casa y mandarlos a Los Ángeles. Chupé el personaje protagonista y fue una pena no haberlo hecho. No salió, pero me ha hecho creer más en mí y de hecho tengo esas imágenes, un material muy importante.
Veo que le ha llegado al alma la posibilidad de haberse convertido en Félix Gallardo, el personaje principal de la cuarta temporada de Narcos.
-No lo conseguí. Al final fue Diego Luna el elegido. Pero creo que tiene mucho mérito que un chaval de San Sebastián como yo, que no había hecho de mexicano en mi vida, con cuatro o cinco días de curro viendo unas películas de Cantinflas, llegará casi hasta el final.
¿De qué le servir esta experiencia?
-El material que tengo grabado me ha permitido buscarme un representante en Latinoamérica y espero que en algún momento surja algo.
¿Hacer las Américas?
-Me gustaría irme a trabajar allí para ver cómo se hacen las cosas y para tener nuevas experiencias.
¿Cómo vivió el rodaje Presunto culpable en Mundaka?
-Tuvimos unas condiciones extremas. Llovió mucho e hizo mucho frío. Esa es la parte que dificultaba el trabajo, pero la maravilla de trabajar en un pueblo tan bonito y tan especial borraba cualquier otra experiencia negativa. Nos lo pasamos muy bien. Para mí fue estar cerca de casa, es comer bien?
Como le oigan en Madrid, ¿no se come bien allí?
-No se come mal, pero se come mejor en Euskadi. Estás cerca del mar? Nos sentimos muy arropados por la gente del pueblo. El rodaje se convirtió en todo un acontecimiento y vimos que la gente estaba muy contenta de que pasaran cosas. Ha sido una experiencia estupenda.
¿Va a haber segunda temporada?
-No la tenemos firmada.
Si hiciera balance?
-Es una profesión dura. He tenido algún año nefasto, meses malos y, sin embargo, estar a un paso de dar el pelotazo de mi vida y no salir.
¿Qué hubiera pasado de haber protagonizado Narcos?
-Me hubiera cambiado la vida. Te lo curras mucho, lo preparas y al final lo hace otro, y de eso no se come. El premio se lo lleva uno y, el resto, un montón de gente, se lleva el disgusto a casa. Es una profesión misteriosa, nunca sabes por qué unos tantos y otros tan poco.
¿Qué es lo que le gusta de una profesión que puede a ser ingrata?
-Es una profesión preciosa, me gusta el oficio y, aunque no siempre salgan bien las cosas, me encanta ser actor. Al final, te relajas y esperas ese nuevo papel que te haga sentir y que te emocione. Trato de buscar mi sitio.
¿Le está resultando difícil esa búsqueda?
-A veces sí y otras no. Por ejemplo, en esta serie, en Presunto culpable, he estado muy a gusto. Es una serie valiente. Se ha mostrado en la televisión personajes como Joseba, personajes que nos recuerdan que hay maneras de ver la vida según la carta que te toque jugar. Se juega la vida al meterse en los temas de política y de la cercanía de ETA. Muestra también que todos somos un poco malos y un poco buenos.
¿Se siente a gusto dando vida a Joseba?
-Sí. Pienso que no está caricaturado el personaje, pienso que es bastante de verdad.