madrid - El cineasta Enrique Urbizu vuelve a la dirección con la serie Gigantes, un material “difícil, violento y árido”, mucho “riesgo” y una puesta en escena “ambiciosa” que se estrenará en Movistar+ el próximo año y que, como explica el cineasta.

El director bilbaíno vuelve a trabajar junto a su ya habitual José Coronado, que interpreta al patriarca de una familia con una “feroz lucha interna por el poder”.

Basado en una idea original del actor Manuel Gancedo, el guión de Gigantes es, en sus palabras, “un tobogán vertiginoso” con una trama “sin muchas expectativas de final feliz, en la que “no hay nada que resolver”.

La clave está en la familia Guerrero, “una panda de hijos de p...” que están “heridos de muerte”, capitaneada por el patriarca, Abraham Guerrero, a quien da vida José Coronado.

“Mi personaje es la devastación moral hecha persona; es un tipo que nació posiblemente en un hospicio, que se crió en la calle, en un Madrid castizo de la España de los cincuenta”, cuenta el intérprete, que considera su nuevo papel como “un bombón” de esos que le hace Urbizu, con el que ha trabajado en tres ocasiones más.

“Queremos intentar que el público pueda disfrutar en casa también de unos valores de la imagen que quizá la televisión se está acostumbrando a no ofrecer, por la homogeneización”, subraya el director de No habrá paz para los malvados, el filme que se llevó seis Goya en 2011, en el que también trabajó Coronado.

no es una serie de narcos En palabras de este último, a esa “calidad superior” de la que, asegura, podrá presumir la serie, hay que añadir una historia potente, la de una familia que vive “al límite”, contada en Gigantes de una forma “tremendamente original”.

El madrileño asegura que “esto no es una historia de narcos”, sino la de “una saga familiar”. Y lo dice porque, sin conocer en profundidad la trama, es fácil atribuir su temática a la de otras series de ficción recientes, como la estrella de Netflix, Narcos, o como la española El Príncipe, en la que también trabajó Coronado, que no cree que el auge de producciones con temáticas similares responda a una moda. - Efe