Madrid- Tres años después del proceso de concentración, López hace un balance positivo de la fusión de Antena 3 y La Sexta en una entrevista con Efe y se muestra “prudentemente satisfecho” con la evolución de la audiencia en este periodo. Destaca que La Sexta es “una referencia informativa en el país”, al presentar la actualidad con un lenguaje diferente, y para el futuro apuesta por la ampliación de los contenidos de entretenimiento y de ficción. Para López, el estado de salud de la televisión en España es “formidable”, puesto que las formas de acceder a ella trascienden el tradicional televisor y se multiplican por todo tipo de pantallas y sistemas de distribución.
Tres años después de la fusión de Antena 3 y La Sexta, ¿cuál es el balance desde el punto de vista económico?
-Durante estos años, La Sexta se ha convertido en una cadena sostenible y claramente rentable. Se ha producido una necesaria revisión que ha equilibrado sus gastos en antena -descargándola fundamentalmente del coste de los grandes eventos deportivos, pero invirtiendo en contenidos regulares de producción propia-, y se ha comercializado de manera mucho más eficaz una audiencia claramente creciente. Además, nuestra estructura organizativa ha sido mejorada a todos los niveles con las sinergias derivadas de la llegada a Atresmedia.
¿Cómo valora la evolución de la audiencia de La Sexta?
-La Sexta circulaba en torno al 4,5% de cuota de pantalla en los momentos inmediatamente anteriores a la fusión. En 2015 nos movemos ya alrededor del 7,3 de media anual. Es un crecimiento muy significativo y que agradecemos a la audiencia. Estamos prudentemente satisfechos.
¿Cuál es el secreto de este éxito?
-Hemos conseguido ser una televisión transversal por géneros y que cuenta con el gran valor de ser referencia informativa. Además, hemos ganado en identidad personalizando nuestra señal a través de la producción propia y hemos fortalecido nuestra marca gracias a nuestra pertenencia a un grupo como Atresmedia
¿Cuáles son los ejes vertebrales de la programación?
-La actualidad, el entretenimiento y, en menor medida, el cine. Contamos con el valor de permanecer en directo más de diez horas ininterrumpidas cada jornada, ser mestizos en la emisión de géneros y ser coherentes con el tono del canal en cualquiera de nuestras propuestas. Con el paso de los meses, esperemos ser también efectivos con la ficción propia, un contenido siempre importante para cualquier televisión con aspiraciones.
¿Ha habido cambios en la línea editorial tras la fusión? ¿Cómo la define?
-Ha habido cambios a mejor, y somos más La Sexta que nunca, como dijimos en una presentación del canal en los instantes posteriores a la fusión. Los espectadores han interiorizado nuestra integración en Atresmedia y perciben que contamos con una evidente autonomía.
¿Cuál es el perfil del espectador al que se dirige?
-Pretendemos llegar a una mayoría de espectadores, ser una televisión transversal en la captación de públicos, aunque es verdad que nuestros mejores datos se sitúan en las edades centrales, entre 25 y 65 años, en el sexo masculino, en las clases medias y altas y en los núcleos urbanos.
¿De qué apuestas se siente especialmente satisfecho?
-De todo lo que contribuye verdaderamente a mejorar la posición del espectador, a cualquier nivel: para entretenerle o informarle.
¿Qué es lo que diferencia a los informativos de La Sexta de sus competidores?
-Su lenguaje y narración son atrevidos y diferentes a los del resto de informativos. Su vocación por ser explicativos es clara y la información se ofrece con responsabilidad y honestidad.
¿Cómo explica el liderazgo de ‘La Sexta noche’, un formato basado en la tertulia política?
-La Sexta noche es el gran debate de la televisión en este momento. Son cinco horas, en prime time, y sus resultados de audiencia son una consecuencia lógica del trabajo coral de La Sexta en materia de actualidad. Se trata de un programa rítmico, con una puesta en escena atrevida, con absoluta pluralidad ideológica y por el que pasan la inmensa mayoría de los protagonistas políticos del país.
¿Qué conclusiones extrae del récord de audiencia de ‘Salvados’ con el ‘cara a cara’ entre Rivera e Iglesias?
-Que la ciudadanía agradece la naturalización de nuestros políticos y el atrevimiento de una cadena y un programa para hacerlo posible. En La Sexta nos gusta arriesgar y sorprender al espectador y el cara a cara del día 18 fue una experiencia televisiva totalmente diferente y notoria.
¿Habrá novedades esta temporada?
-Fomentaremos el género entretenimiento con la llegada en los próximos días de Constructor a la fuga, un programa en el que deposito mucha confianza y que se encargará de resolver problemas de ciudadanos con sus viviendas y sus constructores. También estrenaremos Comandancias, que permitirá hacer un seguimiento sobre el terreno a diferentes investigaciones y acciones llevadas a cabo por la Guardia Civil. Nos espera una nueva temporada de Pesadilla en la cocina, y en materia de divulgación también estrenaremos Enviado especial, el nuevo programa de Jalis de la Serna. Habrá más ofertas de entretenimiento en 2016, estamos preproduciendo otros formatos, pero no puedo adelantar mucho más.
¿Habrá un magazine matinal?
-Nuestra realidad presupuestaria impide el acceso a esta franja en estos momentos. Sería deseable, aunque es cierto que nuestros irreductibles Crímenes imperfectos continúan en datos muy aceptables.
¿Cuáles son los retos de la cadena para los próximos años?
-Intentaremos seguir estrechando los vínculos de consanguinidad con nuestros espectadores, tratando además de ser cada vez más incluyentes con la ampliación de los contenidos relacionados con el entretenimiento y la ficción.
¿Cuál es el estado de salud de la televisión en España?
-Formidable. Nada es comparable a su influencia a todos los niveles. Las formas de acceso a la televisión trascienden ya del tradicional televisor y se multiplican por todo tipo de pantallas y sistemas de distribución.
¿Cómo ve el futuro de la televisión en el siglo XXI?
-Los hábitos de visionado cambian, y tendremos que hacer una televisión siempre consumible, sea donde sea el lugar en el que esté el espectador. Estamos pasando de un consumo/hogar a un consumo/individuo, donde la exigencia del ciudadano es cada vez mayor y tendente a la personalización de absolutamente todo.