La novedad televisiva de las últimas temporadas es la de hacer un programa con pocas imágenes de fútbol para no pagar por ellas e invitar a muchos opinadores. Gentes como Siro López que sabían que su continuidad dependería de su osadía e incluso de su defensa a ultranza de un equipo -normalmente el Madrid o el Barça-. Con este sencillo esquema Josep Pedrerol consiguió buenas audiencias, aunque estuviera en la cadena que la extrema derecha había conseguido en la TDT. Pedrerol se hizo el rey del invento con su Punto pelota y más todavía cuando Marca TV de Enrique Marqués echó la persiana pues era entonces quien apostaba por hacer lo mismo. Luego apareció Tiki Taka por el que pasó Pedrerol antes de desembarcar en El chiringuito de jugones donde llegó a compararse con Ronaldo por cuanto conseguía audiencia como el jugador portugués títulos y goles. Ahora, aquel Siro López que opinaba con Pedrerol lo han puesto al frente de La Goleada en otra cadena (13 TV) que la Iglesia cede amablemente a las opiniones más radicales de la derecha. En La goleada, Siro, que viene de fracasar en Telecinco por la retransmisión del Mundial de Baloncesto, va a coordinar el gran debate a gritos en el que defender la gran tesis universal que tanto preocupa a la humanidad, sobre si Ronaldo es mejor o no que Messi. Apasionante debate cuya altura podría superar con creces Las confesiones de San Agustín y Las cinco vías de Santo Tomás. Puede que el debate Messi Ronaldo aparezca pronto en la Selectividad como antes lo hacían Aristóteles o Platón, Kant o Hegel. La televisión ha encontrado el gran dilema de nuestra sociedad y hace bien en explotarlo. Imagínense la catástrofe planetaria que supondría conocer que Messi y Ronaldo fueron subestimados por sus coetáneos. Vamos que sólo unos iluminados fueron capaces de entender sus condiciones físicas y futbolísticas. Sería imperdonable. ¿No?
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