El avance tecnológico que se ha producido durante los últimos años en cuanto a mejora de la eficiencia energética de los electrodomésticos hace que la adquisición de uno más moderno suponga importantes ahorros económicos, amortizándose la renovación durante su vida útil. No es de extrañar, por tanto, que la etiqueta energética de electrodomésticos haya tenido un gran éxito entre los/as usuarios, aportando información clave a considerar a la hora de adquirir un nuevo aparato.
Cuando nos preguntamos cómo ahorrar energía pensamos en comprar electrodomésticos de alta eficiencia, en cambiar a bombillas led, o mejorar el aislamiento. Sin duda, estos cambios son importantes, pero también hay que tener en cuenta el gran impacto que tienen algunas de nuestras acciones cotidianas.
1. ELIGE DE FORMA EFICIENTE TUS ELECTRODOMÉSTICOS Cuanto más tiempo haga de la compra de un electrodoméstico, mayor será su consumo, por eso, los aparatos eléctricos más modernos tienen un consumo más eficiente de energía, lo que supone más ahorro para ti y menos impacto para el medioambiente, entre otras ventajas. Que la lavadora o el lavaplatos tengan, por ejemplo, 10 años, no ayudará a conseguirlo. Lo ideal, si se da el caso, es cambiarlo por un modelo más actual, que lleve una etiqueta A+, A++ o A+++ que garantiza un ahorro en el consumo de energía y reduce la factura de la luz.
2. MODIFICA RUTINAS Programar la lavadora o el lavavajillas con agua fría, cerrar el grifo en la ducha o en el aseo, sustituir baños por duchas o utilizar regletas con interruptor para evitar el gasto constante en standby son algunos de los pasos que puedes implementar para mejorar, aunque sea un poco, la eficiencia de tu vivienda.
3. EVITA EL CONSUMO SILENCIOSO Un gesto tan sencillo como desenchufar los dispositivos eléctricos que no estamos utilizando o desconectar completamente los que tienen encendida esa pequeña luz roja. Esto puede representar hasta un 75% del consumo de esos electrodomésticos y hasta un 10% del consumo total de tu casa.
4. APROVECHA LA LUZ NATURAL Dejando entrar la luz del sol en tu casa ahorrarás en luz (valga la redundancia) y en calefacción así que, cuando el sol entre en tu casa, abre cortinas y persianas. Y aunque parece obvio, no olvides apagar las luces al salir de una estancia, incluso aunque vayas a volver pronto.
5. MANTÉN LA TEMPERATURA ADECUADA En invierno, tu hogar puede estar a unos 20ºC; y, en verano, de 24ºC a 26ºC. En este sentido, un termostato programable puede ser un aliado perfecto para configurar la temperatura, logrando el máximo bienestar.
6. REEMPLAZA LAS BOMBILLAS TRADICIONALES Las bombillas halógenas utilizan hasta diez veces más electricidad que las bombillas de bajo consumo o las bombillas LED. Aunque sean un poco más caras se amortizan, ya que tienen una vida útil de unas diez mil horas aproximadamente.
7. HAZ REVISIONES DE TU CALDERA Esta revisión es obligatoria y sirve para verificar la eficiencia energética de la caldera y por tanto que las emisiones de gases de la misma sean las correctas. Esta revisión es de vital importancia para el correcto funcionamiento de la caldera y por lo tanto, para garantizar la seguridad y confort de los habitantes de la vivienda. Si este no funciona bien o el mantenimiento no se lleva a cabo correctamente, la caldera durará menos tiempo y el consumo energético aumentará sensiblemente.
8. USA TECNOLOGÍA La domótica ha pasado de ser una solución que antes estaba al alcance de hogares con cierta capacidad adquisitiva a ser accesible para más familias. Los objetos inteligentes nos ayudan a manejar elementos como la iluminación y la climatización, así como a programar y controlar la gestión de los suministros, haciendo su uso más eficiente y permitiendo un ahorro notable.
9. REALIZA REFORMAS EFICIENTES Medidas de aislamiento térmico, que se pueden plantear en paredes, techos y suelos, o un cambio de ventanas optando por un doble acristalamiento, evitan pérdidas de calor y climatización que pueden suponer una reducción aproximada del 45% del gasto energético.
10. APUESTA POR LAS ENERGÍAS RENOVABLES Cada vez más personas se decantan por la instalación de placas fotovoltaicas en su vivienda para obtener energía eléctrica limpia o por potenciar el autoconsumo compartido en una comunidad de vecinos. La apuesta por la integración de energías renovables en el hogar es clave para el medioambiente, pero también para reducir el gasto. La geotermia y la aerotermia, por ejemplo, reducen el consumo eléctrico en casi un 80%.
Certificado energético de una vivienda
La Certificación Energética de los Edificios es una exigencia derivada de la Directiva 2002/91/CE y, desde el 1 de junio de 2013, es obligatoria la emisión de estos certificados de eficiencia energética para la compraventa y alquiler de viviendas y edificios, tanto nuevos como ya construidos. El sistema de evaluación establece siete niveles de certificados en función de las emisiones de dióxido de carbono y del consumo de energía del edificio.
Conforme a la normativa nacional, se parte de la “G” (la menos eficiente) a la “A” (la más eficiente). Casi todos los edificios están sometidos a esta norma y los grandes y los públicos, además de disponer del certificado, han de exhibir su etiqueta de eficiencia energética. El certificado, registrado por las Comunidades Autónomas, debe realizarlo un técnico competente, su precio es libre, tiene una validez máxima de diez años y existe un régimen sancionador por su incumplimiento.
Entendiendo la etiqueta energética
La etiqueta energética es una pegatina que se adhiere a los electrodomésticos para informar sobre la eficiencia de consumo de los mismos, es decir, qué aparatos precisan menos energía para funcionar. Este documento, regulado por normativa europea, comenzó a utilizarse en 1995 siendo su última actualización la de marzo de 2021. La nueva etiqueta energética categoriza los electrodomésticos según su eficiencia, a partir de una escala de letras y colores. En la nueva etiqueta existen 7 clases de eficiencia, identificadas por un código de colores y letras que van desde el color verde y la letra A para los equipos más eficientes, hasta el color rojo y la letra G para los equipos menos eficientes. Además, en la esquina superior derecha se ubica este código QR desde el cual se puede acceder a información más detallada a través de la base de datos europea de productos para el etiquetado energético (EPREL). En la zona superior también está recogida la marca y su referencia numérica. El consumo energético está indicado en la parte central de la etiqueta, mientras que en la parte inferior se encuentran los pictogramas con las características e información del producto.