Es colombiana y lleva 14 años viviendo en España. Con 17 años acabó el Bachillerato y, tras un año en Cantabria, se mudó a Vitoria para estudiar un Grado Superior de Administración y Finanzas. “Cuando acabé el grado superior, en 2011, comencé mis prácticas en la Federación de Cooperativas Agroalimentaria de Euskadi, que tras fusionarse en 2019 con otras federaciones dio lugar a lo que es ahora Konfekoop”, cuenta Yuliana.

"A nivel personal y como profesionales tenemos muchas cosas que desaprender porque hay que adaptarse a nuevas realidades, valores y conceptos de bienestar"

Sus ganas de aprender y su energía la llevaron a adaptarse rápidamente. “Venirme desde Colombia a España y mudarme a Vitoria con 19 años sola me ha dado autonomía. Aprendí a gestionar mi vida personal y parte de la profesional y, sobre todo, desarrollé capacidad para tener los pies sobre la tierra”, dice. Empezó desempeñando funciones en administración como parte de sus prácticas hasta llegar a su puesto actual como técnica de administración y del Servicio de Consultoría y Administraciones Exteriores.

Yuliana disfruta de lo que hace y tiene claro qué es lo que más le gusta de su ocupación. “La parte que más disfruto de mi trabajo es la de las personas”, asegura antes de explicar que “el mundo cooperativo se apoya en valores muy palpables y muy sociales: la equidad, la democracia, la solidaridad. Al haber empezado en este mundo siendo tan joven los he absorbido a nivel personal”. “Me ha demostrado que siempre vas a necesitar de otras personas de las que también vas a aprender y te vas a apoyar. Esta forma de ver el mundo del cooperativismo me entusiasma”, enfatiza.

Yuliana Vargas, de Konfekoop. Pilar Barco

TRAYECTORIA

2011. Lleva en España 14 años y en 2011 comenzó sus prácticas en la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Euskadi.

2022. Este año termina sus estudios en el grado de Administración y Dirección de Empresas por la UNED.

FUTURO

Está convencida de que lo que da valor a las organizaciones son las personas y cree que hay que devolverles el valor humano.