Encender la televisión, el ordenador o una simple bombilla, poner el lavavajillas o la lavadora, la calefacción en invierno o el aire acondicionado en verano. Todas estas son acciones cotidianas y normales en los hogares que hacen uso de energía. Las viviendas necesitan energía para alimentar numerosos dispositivos y equipos domésticos. Un estudio del IDAE, un instituto público dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha mostrado cuál es el comportamiento de hogares de España en cuanto al consumo y al uso de la energía en sus hogares.

El estudio establece que los casi 17 millones de viviendas habitadas en España consumen alrededor de la quinta parte (17%) de toda la energía consumida en España, y en torno a un cuarto de toda la electricidad (25%). La eléctrica es la energía que más se consume (35%,1), seguida del gas natural (24,9%), derivados del petróleo (22,1%), energías renovables (17,7%) y carbón (0,1%). Entre las 9.425 encuestas realizadas, 1.918.765 hogares afirmaron disponer de algún tipo de energía renovable y el estudio demostró que las viviendas unifamiliares tienen el doble de gasto energético que los pisos, con independencia de su ubicación.

En promedio, casi la mitad (47,0%) del consumo anual de energía de un hogar es para solo dos usos finales de energía: calefacción y aire acondicionado, siempre y cuando la vivienda disponga de ellos. Si se tiene en cuenta que la utilización de estos dispositivos se realiza en unos pocos meses del año, este dato llama la atención y demuestra la importancia de tomar medidas para incrementar la eficiencia energética en este ámbito.

Tras los sistemas de calefacción, el segundo responsable del consumo doméstico de energía está relacionado con el uso de tus electrodomésticos, que representa un 26,8%, si incluimos en este apartado el gasto generado por la cocina. Este grupo está conformado por aparatos eléctricos y electrónicos que van en aumento en nuestras vidas y con los que hay que establecer estrategias de ahorro y eficiencia energética individualizada: televisores, aparatos de cocina, lavadoras y secadoras de ropa, ordenadores, tablets, smartphones, consolas, Internet…

El calentamiento de agua, la iluminación y la refrigeración son usos de energía domésticos casi universales y durante todo el año. Estos tres usos finales combinados representan el 23,8 % del total anual de energía en el hogar (agua caliente 18,9%, iluminación 4,1% y refrigeración 0,8%).

El 2,3% de gasto que queda pendiente para completar el total de la energía gastada se corresponde al standby, que es el consumo de electricidad que hacen los aparatos cuando no están en funcionamiento, pero permanecen conectados a la red. Es decir, el que se da cuando creemos que están apagados, de ahí que se le conozca con el nombre de consumo fantasma. Este consumo, se genera debido al funcionamiento de la fuente de alimentación de los aparatos.

Gasto de los electrodomésticos

El uso de aparatos eléctricos condiciona la factura de luz, por ello es importante conocer cuánta energía consumen los electrodomésticos que se utilizan en la vivienda y gestionar su uso para no malgastar energía y reducir el importe del recibo de luz. Si atendemos únicamente al consumo eléctrico del hogar, los electrodomésticos son los aparatos que más consumen, con mucha diferencia, ya que suponen el 55,2 % del total de gasto de electricidad de un hogar, muy por encima de la iluminación (11,7%), el agua caliente (7,5%) y la calefacción (7,4%). El IDAE establece en su estudio el porcentaje del total de la energía eléctrica consumida en una vivienda que gasta cada electrodoméstico:

  • Frigorífico: 30,6%
  • TV: 12,2%
  • Lavadora: 11,8%
  • Standby: 10,7%
  • Horno: 8,3%
  • Ordenadores : 7,4%
  • Congeladores: 6,1%
  • Lavavajillas: 6,1%
  • Secadoras: 3,3%
  • Otros: 3,5%