Al abrir la ventana de nuestra habitación en San Vicente de la Barquera no vemos ni una nube en el cielo. La verdad es que la bahía de la población cántabra está espectacular bajo esa luz de amanecer, pero ver el cielo tan azul nos asusta un poco por el calor que podemos tener.

Salimos a por la doce, casi da vértigo pensar que hoy superaremos los 500 kilómetros recorridos.

La primera parte es toda una declaración de intenciones de la costa cántabra. Playas enormes, colinas verdes con acantilados escarpados. Cualquier parte de los primeros ocho kilómetros podría ser la foto de una postal.

Atravesamos la indiana Comillas con su universidad y edificios señoriales escoltándonos a ambos lados del Camino y nos ponemos en marcha hacia Santillana del Mar.

Por el camino otra inmensa playa precede a una de las subidas más duras de la jornada, pero tenemos el regalo final del impresionante monasterio cisterciense de Cobreces.

Tenemos hambre los tres, hay que recordar que a Guipu y a mí se nos ha unido desde hoy hasta el domingo en Getxo, el bueno de Patxi.

No encontramos nada para detenernos y por eso preguntamos a un lugareño. Cual es nuestra sorpresa que nos dice que a 50 metros tenemos un bar, en Caborredondo.

Tras recuperar fuerzas encaramos los últimos seis kilómetros hasta Santillana que nos recibe con su belleza medieval y con dos cuestas de aúpa.

Nos quedan unos diez y qué horror de final. Todo el rato pegados al arcén de una carretera que en momentos se convierte en nacional incluso.

Más de una hora de asfalto y de ruido de camiones y coches nos acompañan en este tedioso final.

La cosa se calma en Mar donde la simpática dueña de la pensión El Pradon nos recibe con amabilidad extrema en este oasis de alquitrán.

A descansar para afrontar la 12+1 que nos llevará a cruzar la bahía de Santander en barco y llevarnos hasta Güemes en este reto solidario A Contracorriente a beneficio de AEFAT en la lucha por encontrar una cura a la ataxia telangiectasia.

El Camino de Santiago, al revés

Gonzalo recorre del 1 al 15 de junio 650 kilómetros en 15 etapas, desde Santiago hasta Getxo por el Camino del Norte, aunque en sentido inverso. El objetivo del reto es recaudar fondos para la investigación de la ataxia telangiectasia y apoyar a los niños y jóvenes afectados por esta enfermedad genética, degenerativa, sin cura ni tratamiento, que provoca una grave discapacidad física progresiva, inmunodeficiencia y una elevada probabilidad de desarrollar cáncer.